El extraño caso del joven de 19 años secuestrado por su padre da un giro
Dos años sin salir ni siquiera al rellano, desnutrido y a paliza casi diaria. Los detalles de la liberación del chico madrileño son tan terribles que nadie se explica lo que acaba de pasar.
El Juzgado número 3 de Arganda del Rey ha dejado en libertad con cargos pero sin medidas cautelares al hombre que supuestamente mantuvo encerrado a su hijo de 19 años durante dos años en su casa.
Tras la toma de declaraciones, el juez ha dejado libre al acusado porque no tiene claro que se trate de un delito de detención ilegal, tal y como apuntan las investigaciones policiales. No obstante, esto se tendrá que aclarar en la fase de Instrucción del caso.
La investigación se inició al enviar el joven presunta víctima de los hechos un email de auxilio a la dirección 'atencionfamiliaymujer@policia.es', alertando sobre su situación. También facilitó el teléfono de su hermana, quien confirmó los hechos y la situación de peligro a los investigadores.
Los agentes solicitaron una orden de registro de la vivienda al Juzgado de Arganda y así el pasado viernes accedieron al mismo y comprobaron que la víctima presentaba un cuadro de extrema delgadez, desorientación y secuelas físicas que, según manifestó a los policías, eran consecuencia de "las palizas" que había recibido por parte de su progenitor, siendo atendido por los servicios médicos en el propio domicilio a requerimiento de los agentes.
El padre de la víctima, quien respondió de forma violenta a la actuación policial, fue arrestado. Pasó a disposición judicial el fin de semana.
La casa en la que el joven se encontraba retenido estaba protegida con rejas, aluminios y maderas que impedían que en ningún momento pudiese salir al exterior, ha informado la Policía y la Guardia Civil en un comunicado conjunto emitido este miércoles.
Según se desprende de la declaración del liberado, su progenitor le propinaba fuertes palizas --que se sucedían "a diario"--, apenas le proporcionaba alimento para subsistir, le limitaba el acceso al agua potable y le obligaba a permanecer todo el día en el mismo habitáculo de la casa.
Además, todas las estancias de la vivienda se encontraban repletas de objetos inservibles, muebles rotos y bolsas de basura, llegando el elevado volumen de basura acumulada a dificultar el tránsito por pasillos y habitaciones.
Por otro lado, el arrestado tenía también problemas de convivencia vecinales debido a "extrañas obsesiones y una posible enfermedad mental", creyendo que sus vecinos le "envenenaban el agua y le producían radiaciones peligrosas", sintiéndose además "perseguido por la mafia rusa".
Han participado en la operación agentes de la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer) de la Policía Nacional, así como componentes de Policía Judicial de la Guardia Civil de Rivas Vaciamadrid y de la Policía Local del Municipio.