Una amenaza se cierne sobre el ministro "más discreto" de Rajoy
Han querido las circunstancias que el miembro del gobierno más desconocido por los españoles tenga que afrontar un difícil trago justo al final de su mandato.
Si no hay relevo en el Gobierno que lo impida, el ministro de Defensa en funciones, Pedro Morenés, se va a ver obligado a afrontar un complicado desafío en el final de un mandato marcado por su discreción.
La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) prevé convocar una concentración después del verano en Madrid en defensa de los miles de soldados y marineros que en los próximos años se verán obligados a abandonar las Fuerzas Armadas por haber cumplido 45 años y no haber accedido a la condición de militares de carrera.
"Este grupo de servidores públicos, que constituye el grueso de las Fuerzas Armadas, ha de afrontar en los próximos meses y años situaciones de suma gravedad, como son la obligatoriedad de abandonar las Fuerzas Armadas al cumplir 45 años, sin expectativas laborales alternativas", denuncia AUME.
De los casi 77.000 efectivos de tropa y marinería, sólo alrededor de 17.000 son militares de carrera, mientras que el resto tienen contratos temporales de corta o larga duración. Así, según los cálculos de las asociaciones profesionales, en 2015 llegaron a la edad de 45 años 78 soldados y marineros con contrato temporal, en 2016 serán ya 130, el año que viene llegarán a 228 y en 2018 la cifra se disparará hasta los 701.
A partir de ese año, habrá que hablar de números de cuatro cifras. Según las previsiones, 2026 será el año en que más bajas de soldados y marineros se produzcan, ya que 3.188 militares con contrato temporal deberán dejar las Fuerzas Armadas porque cumplirán 45 años. En 2027 serán 3.142. Así, hasta el año 2033 habrán dejado el Ejército más de 33.000 soldados y marineros con contrato no permanente.
Los militares que cumplen su contrato al llegar a los 45 años abandonan las Fuerzas Armadas con derecho de hasta dos años de paro y con una asignación anual de 7.200 euros hasta la jubilación. Así, en los 20 años siguientes a 2018, cuando se empiecen a elevar considerablemente las cifras de soldados y marineros con más de 45 años, el pago de las pensiones a estos militares supondrá un desembolso para el Estado de aproximadamente 9.800 millones de euros.