El Rey quema su último cartucho para impedir que España siga rehén de Sánchez
Tras reclamar ante la ONU "diálogo" a la clase política española, Felipe VI vuelve a encontrarse sobre su mesa con el diabólico escenario que aparcó el 3 de septiembre. Ahora el reloj corre.
Se acaba el tiempo, y Felipe VI lo sabe. El Rey aprovechó este martes su discurso ante Naciones Unidas para apelar al "diálogo", el "compromiso" y el "sentido del deber" de la clase política española para superar la "coyuntura compleja" que vive España.
Y ésta no ha sido la primera vez en las últimas semanas que da, a su manera, un golpe en la mesa. El pasado 3 de septiembre, fracasada la investidura de Mariano Rajoy tras el segundo "no" de Pedro Sánchez, el Rey recurrió a la habitual "diplomacia real" pero no quiso dar puntada sin hilo. Y recordó a los partidos -en su comunicado tras recibir a la presidenta del Congreso- un extracto de su discurso de Nochebuena. No pudo ser más contundente ante el nuevo bloqueo que se prorrogaba entonces en el Parlamento.
"La pluralidad política, expresada en las urnas, conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso, con la finalidad de tomar las mejores decisiones que resuelvan los problemas de los ciudadanos. Y que en un régimen constitucional y democrático de Monarquía parlamentaria como el nuestro, las Cortes Generales son la sede donde, tras el debate y el diálogo entre las fuerzas políticas, se deben abordar y decidir los asuntos esenciales de la vida nacional", decía el mensaje de Su Majestad.
El Monarca volverá a citar a los líderes parlamentarios después de que los partidos analicen los resultados del 25-s
Hace apenas unas semanas, Felipe VI y sus asesores más cercanos acordaron dar un golpe sobre la mesa alterando la que había sido una decisión del Monarca desde diciembre: mantener un perfil bajo y anular su agenda internacional hasta que España tuviese un gobierno en plenitud de facultades. No obstante, tras el alarmante deterioro de la imagen de nuestro país, el Rey asistió este mismo martes en Nueva York a la inauguración de la Asamblea General de la ONU.
Sin embargo, el lunes 26 el Jefe del Estado vuelve a estar implicado de lleno en el rocambolesco bucle institucional que atraviesa nuestro país. Superado el escollo de las elecciones vascas y gallegas, Don Felipe se va a ver obligado a iniciar una nueva ronda de contactos con los líderes parlamentarios para una nueva "toma de temperatura".
Será la quinta desde las elecciones del pasado 20 de diciembre. Previsiblemente, y después de que el lunes los partidos reúnan a sus Ejecutivas para analizar los resultados del 25-S, por el Palacio de la Zarzuela volverán a desfilar los representantes de Nueva Canarias, Foro Asturias, Coalición Canaria, Grupo Mixto, Democracia y Libertad, PNV, Compromís, En Marea, Ciudadanos, Podemos, PSOE y PP. Como en anteriores ocasiones ERC y Bildu no acudirán por decisión propia.
Rumbo a las "terceras" a la espera de los barones socialistas
El Rey, que ha mantenido contactos "informales" de forma permanente desde el 2 de septiembre según fuentes consultadas por ESdiario, va a prestar especial atención a lo que le digan Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. El líder del PSOE acudirá a Zarzuela habiendo constatado que su intento de articular un gobierno con Podemos mediante la abstención de Ciudadanos es inviable. A la espera del paso que den los barones socialistas, si se convoca un nuevo Comité Federal, tanto Rivera como Iglesias han cerrado esa salida.
Si en su nueva ronda el Rey no constata avances, no le quedará más remedio que firmar otra vez el decreto de disolución de las Cortes
Pero es que de Rajoy el Jefe del Estado también constatará que sigue anclado en los 170 escaños y que el "no" de Sánchez tampoco le deja ninguna opción de intentar una nueva investidura, salvo que logre el apoyo de los cinco diputados del PNV y el líder socialista -algo que ha negado por activa y por pasiva en este campaña- transite de su negativa a la abstención.
Visto lo visto, si la presidenta andaluza Susana Díaz no lidera un improbable "golpe cruento" contra la dirección de Ferraz, a Felipe VI no le quedará ningún margen de maniobra. Dado que la primera votación de investidura de Rajoy se celebró el 31 de agosto, el próximo 1 de noviembre se habrá cumplido el plazo constitucional de dos meses para que las Cortes puedan volver a ser disueltas. La XIII Legislatura, como la anterior, habrá nacido muerta. Los españoles volverán a las urnas por tercera vez, previsiblemente el 18 de diciembre. Y Felipe VI habrá comprobado su impotencia "constitucional" para sacar a España de un bloqueo de incierto desenlace y dramáticas consecuencias.