Rajoy no se fía: teme sufrir un pinchazo telefónico que acabe en la prensa

Mariano Rajoy delegó la resolución de la crisis Barberá en María Dolores de Cospedal y Fernando Martínez Maillo. Fueron la secretaria general y el vicesecretario de Organización quienes la semana pasada bregaron con la exalcaldesa de Valencia para forzar su marcha del partido.

El presidente de los populares recibió muchas críticas por no haber sido él mismo quien telefoneara a Barberá, habida cuenta de la larga amistad que les une -o les unía- y de lo que ella hizo por él en el famoso Congreso del PP de Valencia, cuando Rajoy perdió las generales de 2008.

Sin embargo, existe un motivo para su despedida a la francesa de Barberá: lo hizo por precaución. El presidente en funciones tiene auténtico pavor a que le graben una conversación de teléfono o capten un mensaje de móvil suyo enviado a quien no debe.

A Rajoy le aterra ver una conversación suya publicada en la prensa

Tanto miedo tiene que la seguridad de sus comunicaciones se ha convertido en una obsesión para él. Rajoy no usa Whatsapp ni ninguna otra aplicación de mensajería más allá del tradicional SMS, y cuentan los suyos que se cuida muy mucho de no hablar por teléfono con nadie sobre el que recaiga la más mínima sospecha: no quiere ser víctima de un pinchazo.

El líder del PP ya quedó escarmentado cuando El Mundo publicó el famoso cruce de SMS con Luis Bárcenas, alias sé fuerte para La Sexta, pero ha sido a raíz del incidente protagonizado por el ministro del Interior -al que grabaron en su propio despacho- conocido este verano cuando Rajoy ha extremado las precauciones.

El presidente en funciones no se puede permitir otra portada en la que apareciera solidarizándose o empatizando con cualquier señalado por la Justicia de su partido.