El mayor caso de corrupción de Convergencia borra la sonrisa al independentismo
Al partido va a hacerle falta mucho más que un cambio de nombre para salir indemne del juicio en el que está acusado de financiación ilegal y que por fin, tras más de siete años, tiene fecha
La Justicia se lo ha tomado con calma, pero todo llega. Y a Convergencia le va a hacer falta mucho más que un cambio de nombre (ahora ha pedido registrarse como Partit Demòcrata Europeu Català) para librarse de ésta.
El caso Palau, el mayor caso de corrupción del partido de Artur Mas, por fin tiene fecha, más de siete años después de que estallara el escándalo allá por el verano de 2009. La Sección Décima de la Audiencia de Barcelona ha propuesto este miércoles a las partes que el juicio oral se celebre entre enero y abril de 2017. No obstante el 3 de octubre se reunirán todas ellas con el juez Julio Hernández Pascual para cerrar el calendario de comparecencias.
2017 es precisamente el año que la CUP, aliado del president Carles Puigdemont, ha fijado como el de la independencia de Cataluña. Previa convocatoria de un referéndum unilateral, dicen. Aunque es difícil prever qué efectos tendrá el juicio para Convergencia y su procés, seguro que no serán buenos. De ahí que el partido contribuyera a dilatar la instrucción (varios cambios de magistrado instructor, numerosos recursos...).
No en vano CDC está acusado de financiación ilegal por haber recibido, presuntamente, 6,6 millones de euros del Palau de la Música como comisión por la adjudicación de una obra pública a la constructora Ferrovial cuando Jordi Pujol era presidente. Como consecuencia de su supuesta responsabilidad civil a título lucrativo el partido sigue teniendo embargadas 15 sedes. Y en el juicio su extesorero Daniel Osàcar se sentará en el banquillo acusado de blanqueo de capitales y tráfico de influencias.
En el epicentro del escándalo se sitúan el expresidente del Palau, Fèlix Millet, y Jordi Montull, que presuntamente saquearon 30 millones de euros de la institución.
Es de prever que Convergencia intente desviar la atención del juicio envolviéndose como siempre en la estelada. Pero no parece que esta vez vaya a salirle bien.