Nuevos datos del móvil de Diana obligan a los investigadores a cambiar de idea

Diana Quer no pasó por casa. En un nuevo vuelco en el extraño caso de la desaparición de la joven madrileña, los investigadores han llegado a la conclusión de que no llegó a entrar en su domicilio la madrugada del 22 de agosto cuando se la vio por última vez. Es la conclusión a la que llegan por fin los investigadores gracias a toda la información obtenida del teléfono móvil de Diana. De los mensajes que envió y recibió, de las conexiones y de las señales que emitió su dispositivo aquella fatídica noche hasta que se apagó. Datos que desmienten la que fue una de las principales pistas de la investigación. Ni Diana regresó a su vivienda, ni se cambió de ropa; los famosos pantalones cortos rosas de los que hablaban algunos testigos.

Gracias a las antenas de telefonía los investigadores saben que la joven se encontraba en el paseo de A Pobra, en dirección a su vivienda. Desde que envía un mensaje hasta que su móvil deja de emitir señal pasan escasos 15 minutos. Porque esa última señal se produce en la zona de Rianxo, a unos 40 km, sobre las 3 de la mañana.

Lo que significa que en ese periodo, según las pruebas practicadas, es prácticamente imposible que a Diana le diese tiempo suficiente para llegar a la urbanización donde está su domicilio, cambiarse de ropa y llegar luego al punto donde se pierde la señal de su móvil, donde se apaga su teléfono.

La conclusión que se puede extraer del teléfono de Quer viene a corroborar lo que la madre de la desaparecida, Diana López-Pinel, siempre ha sostenido: que su hija no apareció por casa aquella madrugada. Sin embargo, la Benemérita no lo descartaba, ya que en la habitación de la joven se encontraron los pantalones rosas que supuestamente llevaba puestos la última noche en la que se le perdió el rastro.