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Lo más vomitivo que se ha escrito sobre los dos guardias civiles linchados

El teniente ya tiene el alta tras la paliza sufrida en Alsasua. Dice su madre que no piensa irse. Los dos detenidos han quedado en libertad con cargos de lesiones y atentado a la autoridad.

El director de la Guardia Civil tras su visita a los dos agentes linchados.

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"Él llegó con una meta, que la gente pudiera convivir en paz. Y no tiene intención de cambiarla". Así se expresaba este lunes la madre del teniente de la Guardia Civil agredido el sábado en Alsasua junto a un compañero y las parejas de ambos.

Pocas horas después su hijo fue dado de alta en el Complejo Hospitalario de Navarra, donde fue operado tras el linchamiento que él y sus tres acompañantes sufrieron cuando se encontraban en un bar.

Sobre la misma hora, los dos detenidos por la paliza quedaron en libertad con cargos de lesiones y atentado a la autoridad tras prestar declaración ante el juez de guardia en el Palacio de Justicia de Pamplona. Mientras, un grupo de unas veinte personas se manifestaba fuera con carteles en los que se podía leer: No a los montajes policiales.

Ése precisamente, el del montaje policial, ha sido el argumento esgrimido por los proetarras desde el sábado. En este tiempo en los medios de comunicación, redes sociales y foros de la izquierda abertzale se ha dicho y escrito de todo contra los agentes. Pero pocas cosas tan repudiables como el artículo que firma este lunes en el diario Gara Martín Garitano, exdiputado general de Guipúzcoa y siempre en el punto de mira de la justicia por sus lazos con ETA.

Garitano arremeta duramente contra la Guardia Civil de la siguiente manera: "Desde que uno tiene memoria, los vascos vuelan. Hubo un tiempo en que fuimos un pueblo marinero, en aquellos años de Elkano y compañía, pero de repente nos convertimos en pueblo volador: cada vez que un guardia civil disparaba al aire, el tiro le daba a un vasco a la altura de los riñones. Cosas que pasan".

Y continúa: "Luego fue Mikel Zabalza el que se escapó, esposado, nadando por el río Bidasoa. Y se ahogó, claro. También Lasa y Zabala se fueron a disfrutar de las américas, aburridos de su exilio en Iparralde. Para aparecer luego en Bussot, asesinados por dos monstruos. De la Guardia Civil, claro. Otra casualidad".

Y termina: "Las versiones de la Guardia Civil son tan increíbles como su propio nombre. Porque guardias serán, pero civiles, no. Ahora nos cuentan el cuento de la buena pipa en Altsasu (Alsasua). Una horda de cincuenta abertzales emboscan a las cinco de la madrugada a dos picoletos de buena voluntad, los atacan con la fiereza que se les supone y un teniente acaba lesionado en un tobillo. Y el otro, de rositas. A otro perro con ese hueso".

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