Susana Díaz encarga a Madina la más delicada "misión" para su asalto a Ferraz

Los tres barones rebeldes conjurados, Susana Díaz, Emiliano García-Page y Guillermo Fernández Vara, dan por encarrilado el Comité Federal del próximo domingo tras la elogiada labor pacificadora del presidente asturiano y de la gestora, Javier Fernández. Habrá abstención, investidura de Mariano Rajoy y el balance de daños se limita a día de hoy a los noes de los siete diputados del PSC y de las diputadas Susana Sumelzo y Margarita Robles. Amén del enigma Pedro Sánchez, del que nadie conoce sus intenciones para la votación decisiva, previsiblemente el sábado 29.

Resuelto el laberinto que se arrastra desde el 20-D, agravado tras el convulso Comité Federal del 1 de octubre y apaciguado el partido tras la dimisión del exsecretario general, Susana Díaz se ha puesto manos a la obra en su anhelado objetivo de dar el salto a la política nacional logrando el liderazgo del PSOE en el Congreso del partido que muchos ubican ya en la próxima primavera.

Díaz ha encargado a Madina reconstruir los puentes volados entre Sevilla y Bilbao

Pero para ello, la presidenta andaluza tiene una misión previa: reconducir los puentes con una federación clave en el partido, la vasca, aún leal a Sánchez y soliviantada con el golpe de mano de la lideresa sevillana.

Para ello, una vez más, Díaz ha recurrido a su hombre en Madrid, Eduardo Madina, con quién conversó este lunes por teléfono para sondear el estado de ánimo de los diputados socialistas del PSE. El día de la asonada contra Sánchez, la presidenta ya quiso tender puentes con sus compañeros vascos incluyendo a Patxi López en la gestora, aunque este declinó la oferta por su lealtad a Sánchez.

El eje Bilbao-Sevilla, la condición histórica para liderar el PSOE

Según recordaba este jueves a ESdiario un veterano dirigente socialista de la etapa de Felipe González, en la tradición histórica del PSOE ha sido una condición sine qua non que los liderazgos del partido fueran fruto del pacto de las dos federaciones fundacionales del partido del puño y la rosa: la vasca y la andaluza.

Así, González alcanzó la secretaría general tras un acuerdo de los andaluces con Ramón Rubial y Nicolás Redondo, símbolos del poderoso socialismo vizcaíno que fue uno de los embriones del PSOE moderno.

De la misma forma, Zapatero alcanzó el trono de Ferraz tras aliarse con el PSOE-A de Manuel Chaves y el PSE de Nicolás Redondo Terreros.

Rubalcaba hizo lo propio recabando los apoyos de los hombres de José Antonio Griñán y Patxi López. Y el propio Pedro Sánchez derrotó a Eduardo Madina en las primarias tras una entente cordiale entre Susana Díaz y el propio Patxi López.

La "misión delicada" de Madina

En los últimos días, a través de Javier Fernández, Susana Díaz ha confirmado el desgarro entre el socialismo andaluz y los dos principales dirigentes del PSE, Patxi López y la secretaria general, Idoia Mendía. Y la andaluza quiere coser esa brecha de forma inmediata. Sabe que sin el apoyo del PSE y con la oposición de los socialistas catalanes su camino hacia la secretaría general del PSOE no será fácil.

Madina ya ha ejercido este jueves de muñidor y de portavoz del PSOE en la sombra

De momento, según reconocen fuentes socialistas a ESdiario, la gestora ha optado por mantener a Antonio Hernando para que no quemar a Madina, su hombre en el Congreso. "Antonio está ya achicharrado pero del debate de investidura va a salir incinerado", bromeaba este jueves un buen amigo de Hernando.

Pero a nadie le ha pasado desapercibido que ha sido Madina este jueves el negociador del PSOE con el PP, Podemos, Ciudadanos y PNV en busca de una declaración institucional sobre el quinto aniversario del alto al fuego de ETA. Una iniciativa frustrada finalmente por Bildu.

"Edu ejerce ya de muñidor en la sombra", asegura a este diario un diputado del PSOE. Y también ejerce de embajador de Susana Díaz para preparar su trampolín para el próximo Congreso Federal. Y a la espera de los movimientos de su archienemigo. De momento, Sánchez oculta sus bazas.