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Rajoy no se fía del PSOE y prepara un Gobierno para una legislatura atroz

Nunca antes se habían producido la actual situación, que en el PP genera más preocupación que alegría. “Lo que tenemos por delante no es fácil, pero es lo que hay”, aseguran los populares.

¿Cuánto durará la segunda legislatura de Rajoy?

Publicado por
Charo Zarzalejos

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Ciento treinta y nueve votos emitidos en el Comité Federal del PSOE van a dar paso a una legislatura hasta ahora inédita en España. Inédita y convulsa porque de ningún modo la decisión adoptada en Ferraz va a cerrar las profundas heridas abiertas en el seno del PSOE y porque, además, el permiso para que gobierne Mariano Rajoy no es un acto ni de idealismo ni de patriotismo. Es una decisión meramente táctica con el único fin de ganar tiempo en la creencia que desde una posición de abstención se pueden cerrar costuras, ordenar la casa por dentro y acudir, finalmente, a un Congreso que ponga punto final al mandato de la actual gestora presidida por Javier Fernández. Se trata, además, de recuperar el modelo tradicional del PSOE en el que las bases y la militancia no han tenido el protagonismo que les otorgó, con el silencio de todos, Pedro Sánchez.

El ambiente, pocas horas después de la votación, entre los socialistas no era ni de alegría ni de satisfacción. Es el “mal menor”, aseguran los consultados favorables a la abstención. “Es una traición en toda regla a nuestra militancia y a nuestros votantes. Cómo nos van a creer en el futuro. Esto no se olvida fácilmente”. No obstante, hasta los más decepcionados aseguran que la decisión es “legítima” para añadir que “una decisión de este calibre debe ser consultada con la militancia, porque es a ellos a los apelamos para pegar carteles, repartir propaganda, etc. Las elecciones no se ganan con los militantes, pero sin ellos no hay partido posible”. Pocos creen que la decisión adoptada vaya a “fortalecer” el PSOE tal y como manifestó José Blanco a la salida de Ferraz.

El silencio de algunos importantes

Resultó más que sorprendente que Ximo Puig, Javier Lambán y Emiliano García Page, tres pesos pesados del PSOE no se molestaran en tomar la palabra, cuando habían sido quienes en los últimos días aparecieron ante la opinión pública favorables a la abstención o claramente contrarios a unas nuevas elecciones, que en la práctica era lo mismo. El portavoz parlamentario, Antonio Hernando, claramente alineado -hasta hace unos días- con Pedro Sánchez, abandonó la reunión porque tenía una boda. Susana Díaz en su intervención no pronunció la palabra “abstención” y sí hizo un llamamiento a la unidad que en opinión de César Luena no existe. “El PSOE es un partido fracturado”, dijo quien durante dos años fue un leal a Pedro Sánchez.

Las voluntades de unos y otros no se han reblandecido y el Comité Federal lejos de cerrar heridas ha servido para demostrar que el PSOE está seriamente fracturado. No llegaron al 55% de los presentes los que apoyaron la abstención, lo que hace pensar a los contrarios a la abstención que “si Pedro se presenta a las primarias, las gana”.

Muestra de que la fractura es profunda y que no pocos intuyen “días amargos” es el discurso reiterado de los que ha perdido la votación apelando a la “inteligencia” de la gestora a la hora de trasladar el mandato del Comité Federal al grupo parlamentario. Javier Fernández recordó la literalidad de lo acordado en donde se habla expresamente del “grupo parlamentario”, descartándose así, abstenciones forzadas y ausencias medidas. La abstención será del conjunto del grupo parlamentario si Fernández logra persuadir de ello a quienes abiertamente ya han sugerido que no votaran a favor de la abstención.

Los socialistas catalanes tomarán la decisión en los próximos días, pero todo indica que se mantendrán en el no. Lo mismo declaró la presidenta de Baleares y Odón Elorza aseguró mantenerse en el no, así como, probablemente, algunos diputados por Madrid. Un tuit de Pedro Sánchez pronosticando que pronto llegara el momento de la militancia para lograr un PSOE autónomo y alejado del PP es una muestra más de que la reunión de Ferraz sólo ha servido para gana tiempo pero no para solucionar problema alguno de los socialistas.

Pugna PSOE-Podemos, garantizada

La gestión diaria de la abstención, a juicio de algunos que han apoyado esta posición, “va a ser difícil, pero lo que si se garantiza es que el PSOE no va a traicionar sus principios. Trataremos de realizar propuestas que hagan de nuestra labor de oposición una tarea visible y acorde con un partido de izquierdas”. En este sentido fue el propio Javier Fernández quien en declaraciones públicas aseguró no ver al PSOE “apoyando los presupuestos de Rajoy”.

Es más que previsible que la convulsión interna del PSOE y las heridas no cerradas se trasladen a la hora de gestionar esta abstención. Un abstención que viene a facilitar el discurso de Podemos, de ahí que todos sean conscientes que tendrá tarea en dos frentes. Por un lado, oponerse a Rajoy y al mismo tiempo a Podemos. La pugna entre PSOE y Podemos está garantizada.

Rajoy sabe la que le viene

La convulsión en el PSOE esta más que garantizada. Por ello y porque Mariano Rajoy cuenta, de verdad, con 137 votos, la legislatura será también una legislatura inédita. Nunca antes se había producido la actual situación que en Génova genera más preocupación que alegría. “Lo que tenemos por delante no es fácil, pero hemos sido coherentes. Unas terceras elecciones no eran buenas para España y Rajoy, que tiene bien claro lo que se le viene encima, es un hombre responsable y de palabra y cree, de verdad, que unas terceras elecciones era mejor evitarlas, aunque eso significara, como va a significar, una legislatura enormemente difícil, pero es lo que hay”.

El presidente en funciones ha mantenido un escrupuloso silencio, el mismo que ordenó mantuviera su partido para que nadie pudiera alegar que se entrometían en una decisión “que era soberana del PSOE”. Rajoy ya ha hecho saber que hará lo “indecible” por lograr acuerdos, sobre todo en aquellas cuestiones sobre las que Europa apremia y las que están directamente relacionadas con la política económica doméstica.

Como no está dispuesto a perder el tiempo, la formación de nuevo Gobierno se producirá apenas horas después de que nuevamente tome posesión de su cargo y lo hará sin romper más platos de los necesarios porque en el horizonte inmediato, además de la gestión de Gobierno, el PP y el propio Rajoy tienen, a corto plazo, una cita ineludible que puede suponer un antes y un después en el PP como es la celebración del ineludible Congreso. Esa misma cita la tiene el PSOE. Cuando ambos congresos se hayan celebrado, la legislatura, que en cualquier caso será corta, comenzará a tocar a su fin.

Una vez eche a andar la legislatura, el presidente Rajoy es el único con capacidad para convocar elecciones. Para ello es preciso que haya transcurrido un año desde la última convocatoria, de manera que, en función de los acontecimientos, no hay que descartar que en el próximo mes de mayo se produzca una nueva convocatoria electoral. Con los mimbres que se inicia esta inédita y convulsa legislatura es difícil imaginar que se pueda ahormar una cesta que aguante mucho tiempo.

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