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Un objeto aparentemente inocente fue la clave para pillar al pederasta de Madrid

El monstruo de Ciudad Lineal cometió un error cuando secuestró a una de las niñas a las que agredió sexualmente y gracias a eso los agentes que estaban tras la pista pudieron atar cabos.

Un objeto aparentemente inocente fue la clave para pillar al pederasta de Madrid

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Los agentes de la Policía Nacional que participaron en la investigación que permitió detener al presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, han confirmado a la Sala que juzga al acusado que al menos intentó raptar a al menos dos menores más entre abril y agosto de 2014.

La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid retomó este jueves las sesiones del juicio contra Ortiz, que se enfrenta a penas de entre 26 y 126 años de prisión por varios delitos. Se le acusa de cuatro delitos de agresión sexual, cuatro detenciones ilegales y un delito de lesiones.

Durante la sesión, desfilaron un total de ocho agentes de la Policía Nacional, en su mayoría de la Brigada de Policía Judicial. Los agentes intervinieron en la entrada y registro del piso de Santa Virgilia, donde Ortiz habría cometido dos de las agresiones, y de la casa de la calle Montearagón, donde residía con su madre.

Su intervención se produjo diez horas después de que los agentes de Policía Científica estuvieran recogiendo pruebas de ADN y restos biológicos en el considerado 'piso franco' de Ortiz. Entretanto, los integrantes de Policía Judicial y la secretaria judicial estuvieron esperando en la puerta del domicilio, un extremo de cuya legalidad duda el abogado defensor.

También comparecieron agentes que tomaron declaración a otras menores que podrían haber sido víctimas de Ortiz, refiriéndose a ellas como testigos A y B. Uno de los agentes relató que el mismo día que Ortiz presuntamente agrede a la testigo protegido número 3, hecho que tuvo lugar el 10 de abril de 2014, lo intentó sin éxito con otra niña en la calle Torrelaguna.

Un dato determinante: la verruga en la cara

Según su relato, la menor contó a la Policía que se le acercó un varón de unos 30 años y le comentó que su madre le había dado ropa para ella, preguntando a la niña si sus padres estaban en casa. Ella inmediatamente abrió el portal y entró. Esta menor, de origen japonés, indicó a la Policía que este hombre tenía una verruga en la cara, lo que coincide con la realidad.

A continuación, narró que lo intentó con otra niña en Moratalaz. Pero tampoco tuvo éxito. Este hecho tuvo lugar en agosto, poco después de la agresión que se le imputa del 22 de agosto.

Esta menor contó que se le acercó un varón y le comentó que le tenía que dar una ropa. Llegó a manifestar que la intentó meter en un coche gris, similar al Xsara Picasso que ya se estaba investigando.

De hecho, la investigación sobre este coche fue clave para dar con el acusado. Uno de los agentes explicó que la menor agredida en agosto dio datos clave para acorralar al presunto pederasta de Ciudad Lineal. Dio pistas para avanzar en la línea de investigación de los coches.

A este hecho se suma el hecho de que durante este hecho Ortiz se bajó a comprar un bote de crema, momento en que una cámara capta que ese coche era un Citroën Xsara Picasso sin verse la matrícula. Se empiezan a rastrear estos vehículos y se amplía a empresas de alquilar.

Un objeto clave para dar con el pederasta

Esta niña, de origen dominicano, comentó que pudo ver un llavero verde. La menor que fue agredida el 22 de agosto de 2014 dijo que cuando el supuesto agresor la introdujo en el Citroen Xsara Picasso la pidió que se escondiera en el hueco existente entre el asiento del copiloto y los asientos traseros del vehículo para evitar que pudiera percatarse del recorrido. Tanto es así que el único ángulo de visión posible para la niña solo le permitió observar el volante y la llave de contacto, donde se percató de la presencia de un llavero de color verde, de plástico y muy similar a los utilizados por concesionarios de coches que estaba anillado a la llave del vehículo, ha explicado el policía.

Algo que a los agentes les hizo intuir que el coche podría pertenecer a una empresa o podría ser alquilado. La Policía entonces ya investigaba el uso de dos posibles coches: Un Toyota Célica y un Citroën Xsara Picasso.

Confirmaron que detrás del Xsara había una mercantil, propiedad de un amigo de Ortiz. "Eso nos dio el nexo de unión", comentó el agente. El vehículo estaba en poder de un concesionario en Fuenlabrada y los investigadores hablaron con el dueño.

El encargado del concesionario les comentó que se dejaba el coche a Ortiz por indicación del dueño de la mercantil. En una de las entregas, que coincide en el tiempo con la agresión de agosto, el dueño le comentó que lo lavara ya que estaba sucio. "Tenía restos de lluvia y manchas en los asientos", comentó.

También era propiedad de la mercantil el Toyota Célica que se habría usado en otros hechos. Uno de los agentes que efectuó la entrada y registro del piso de Montearagón, donde se halló documentación sobre el vehículo.