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Felipe y ZP envían a su experto "artificiero" a desactivar la bomba del PSOE

La dirección socialista se ha puesto manos a la obra para diseñar la hoja de ruta para la "reconstrucción" del partido, en la que tendrá un papel protagonista el fontanero de fontaneros.

Zapatero y Felipe han recurrido al fontanero de fontaneros.

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En los últimos días, a algunos de los más veteranos diputados del PSOE no les ha pasado desapercibida la presencia en el Congreso de un avezado compañero de partido que no es parlamentario pero que transita por las dependencias socialistas con una libertad reservada a unos pocos dirigentes. La pasada semana, durante la primera sesión de la investidura de Mariano Rajoy -mientras la gestora trataba de contener la rebelión de los afines a Sánchez-, José Enrique Serrano fue visto accediendo al edificio que acoge al Grupo Parlamentario Socialista.

Serrano es el más veterano e influyente fontanero del PSOE y uno de los mejores conocedores de las bambalinas del partido. Además, conecta a dos generaciones que se han visto enfrentadas durante estos últimos meses, los que han acabado con la defenestración de Pedro Sánchez. Son las generaciones de los dos presidentes socialistas del Gobierno: la de Felipe González y la de José Luis Rodríguez Zapatero. Con ambos ocupó Serrano el mismo cargo en el Palacio de La Moncloa, el de secretario general de Presidencia.

Según fuentes socialistas consultadas por ESdiario, José Enrique Serrano estaría ejerciendo ahora de "hombre bueno" para limar asperezas, neutralizar los rescoldos del pedrismo y coser la herida que en el Congreso ha dejado la batalla entre pedristas y susanistas. Sánchez confió en Serrano cuando le encargó la coordinación de su grupo de sabios, una veintena de dirigentes que integró en su día a su llamado gobierno en la sombra.

Además, Serrano estuvo en el comité socialista que negoció con Ciudadanos el acuerdo programático con el que Sánchez acudió en marzo a su investidura fallida.

Sin embargo, este veterano socialista nunca estuvo en el círculo más íntimo de exsecretario general del PSOE. Un importante sector del partido le reprochó que le desplazara en las listas por Madrid para ubicarle en puestos que hacían imposible su llegada al Congreso. Entre los barones y la vieja guardia era un clamor la necesidad de que Serrano estuviera en el Grupo Parlamentario.

Sánchez le dejó fuera del Congreso

Pero Sánchez realizó sus fichajes más personales en la candidatura por Madrid. En las listas para el 20-D eligió a la catalana Meritxell Batet como su número dos e incorporó a dos independientes cómo 4 y 6, la ex diputada de UPyD Irene Lozano y la excomandante del Ejército Zaida Cantera. Estos fichajes postergaron a José Enrique Serrano al puesto 9. En esos comicios el PSOE logró sólo seis escaños en Madrid.

Tampoco pudo Serrano convertirse en diputado en la noche del 26-J. Sánchez fichó en esta ocasión a Margarita Robles como número dos. El veterano fontanero repitió en el 9 y también quedó fuera del hemiciclo.

Las fuentes consultadas por este diario coinciden en que Serrano va a ser uno de los dirigentes que trabaje en la sombra en la preparación del 39 Congreso Federal que la gestora plantea ahora retrasar hasta el verano. Pero mucho antes, en diciembre, Javier Fernández quiere convocar un Comité Federal en el que presentar su hoja de ruta para la "reconstrucción" del PSOE.

Ponencias, calendarios y dirigentes llamados a protagonizar los debates. Y aquí, en este nuevo escenario, nadie duda entre los barones que José Enrique Serrano está ya jugando su antiguo papel de gran fontanero socialista.