Al descubierto el pacto oculto de Rajoy y Cospedal que tiene revolucionado al PP
Muchos populares han comprendido ahora que con él en la Presidencia del partido ella será secretaria general todo el tiempo que quiera. Ésta es la historia no contada que hay detrás.
La autoproclamación de María Dolores de Cospedal como secretaria general más allá del Congreso nacional del PP de febrero, antes de que éste se haya convocado siquiera, ha devuelto el oleaje a las últimamente calmadas aguas del partido.
Primero, por no haber guardado las formas de cara a un cónclave en el que su nombramiento ha de ser refrendado por los compromisarios. Segundo, porque en la formación algunos daban por hecho que su entrada en el Gobierno traería aires renovados a la Secretaría General, ya que en la Presidencia era obvio que va a seguir Mariano Rajoy.
Y tercero, porque hay debate sobre si es estético compatibilizar un ministerio tan sensible como el de Defensa con un cargo orgánico en el partido de tal magnitud. Por más que este lunes el vicesecretario de Organización y Electoral, Fernando Martínez Maíllo, tirara de archivo para recordar que en el PP hay dos precedentes (Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas) y que en el PSOE también José Blanco compaginó el Ministerio de Fomento con la Vicesecretaría General de los socialistas.
Muy pocos en el PP pueden poner condiciones al jefe. Cospedal es una de ellos
Todo ello lo valoró el líder de los populares antes de sellar un pacto no escrito con una mujer que ha sabido ganarse su confianza por la lealtad demostrada a lo largo de ocho años y medio de servicio como guardiana de Génova 13. Con episodios tan duros como el caso Bárcenas.
Pocas personas en el PP pueden poner condiciones a Rajoy. Cospedal es una de ellas. Cuando el presidente le ofreció la cartera de Defensa bajo las órdenes -como todos en el Gobierno- de Soraya Sáenz de Santamaría, la número dos de los populares le pidió a su jefe de filas dos contrapartidas, según ha sabido ESdiario.
Por una parte, seguir siendo secretaria general del PP y presidenta del PP de Castilla-La Mancha, puesto que sabe Cospedal que el día que deje de serlo la balanza se desequilibrará en favor de Sáenz de Santamaría. Por otra, anunciar su continuidad cuanto antes para no dar pábulo a ningún rumor sobre su futuro en el partido.
En realidad ya casi nadie se acuerda, pero en 2011 su modus operandi fue similar. El 21 de diciembre de 2011 Rajoy juró su cargo ante el Rey Juan Carlos I. Cuatro días después Cospedal comunicó a la prensa de manera informal que seguiría como presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP en el Congreso nacional que iba a celebrarse en febrero de 2012.
Esta vez no han sido días, sino horas. ¿Por qué tanta prisa? Porque la recién nombrada ministra de Defensa se enteró de que el equipo de confianza de la vicepresidenta estaba hablando con los periodistas uno a uno para aclarar que Soraya no perdía poder en la nueva legislatura; y Cospedal quiso contrarrestar esa información con la suya propia. Sin intermediarios además.
Tras este episodio en el Partido Popular se han convencido de que, mientras Rajoy presida el partido, Cospedal será secretaria general del mismo hasta que ella quiera. En realidad eso es algo de lo que el propio presidente se dio cuenta en el verano del año pasado, cuando hizo un amago de apearla de la Secretaría General.
Eran los días en que Rajoy preparaba un lavado de imagen en el PP tras los malos resultados de las elecciones europeas. Por aquel entonces le ofreció a Cospedal el Ministerio de Educación que iba a quedar vacante con la marcha de José Ignacio Wert (como contó este periódico) y le sugirió que a cambio podía dejar de ser secretaria general. Ella rechazó esa opción y la renovación se limitó a nombrar como nuevos vicesecretarios a Fernando Martínez Maíllo, Pablo Casado, Javier Maroto y Andrea Levy.