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Zoido choca con las cloacas de Interior tras recibir un mandato expreso de Rajoy

El nuevo ministro del Interior ya ha comprobado en apenas una semana las "trampas" que se va a encontrar en su misión de "limpiar" la Policía y entrar decididamente en sus cloacas.

Zoido recibe la cartera de Interior de manos de Fernández Díaz

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Miguel Blasco

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"El nuevo ministro llega con un mandato expreso de Rajoy: pon orden en aquella casa". Esta reflexión trasladada a ESdiario por uno de los dirigentes de los sindicatos policiales -con décadas de experiencia a sus espaldas sobre el laberinto en el que se ha convertido el Ministerio de Interior- resume la misión con la que Juan Ignacio Zoido llega a su nuevo destino.

En la Policía, muchos ven la mano de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en el nombramiento de Zoido. Cospedal, subsecretaria de Interior con Angel Acebes, conoce a la perfección la cúpula policial y sus guerras internas: las vivió de primera mano tras los atentados del 11-M.

Zoido ha llegado a Interior con una misión clara: abrir las ventanas, hacer correr el aire y renovar "todo lo renovable". El objetivo final es que el ministro y el director general logren algo que sus antecesores no pudieron hacer: tener el control de los comisarios. Pero el juez sevillano se ha topado con la realidad de la herencia recibida: las cloacas siguen funcionando, los policías de obediencia socialista siguen reportando al PSOE y la cúpula actual es la que ha dejado nombrada recientemente Jorge Fernández Díaz.

Una filtración interesada

Nada más llegar a su despacho en el Paseo de la Castellana, Zoido ha podido comprobar de su propia mano como las gastan en las cloacas. Una filtración sacó hace unos días a la luz la imputación del comisario José Antonio de la Rosa, denunciado por un policía por un asunto de plazas y destinos. La filtración dista mucho de ser casual: de la Rosa -comisario del CNP- fue el director general de Seguridad del Ayuntamiento de Sevilla cuando el nuevo ministro era alcalde de la capital hispalense.

Y muchos en el Cuerpo daban por hecho que Zoido pensaba apoyarse en el comisario de la Rosa, de su absoluta confianza, para recuperar el control de la cúpula policial.

Por si fuera poco, otro turbio asunto le ha estallado al nuevo ministro en el momento más inoportuno. Dos de los comisarios más afines al PSOE, Telesforo Rubio y Miguel Angel Santano, deben ser reincorporados a sus puestos en la cúspide del CNP tras ser apartados por orden de Fernández Díaz. La razón: ambos comisarios fueron fotografíados por el diario La Razón, en plena "guerra de policías" desatada por el caso del pequeño Nicolás, mientras comían con el portavoz socialista de Interior, Antonio Trevín.

Rubio y Santano no son dos comisarios cualquiera. Fueron los responsables de Información y de la Policía Científica en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. Hombres de la máxima confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba, ambos jugaron un papel determinante en la investigación de los atentados del 11-M.

Zoido tiene además otro frente abierto. Pese a su jubilación, el locuaz comisario liberado, José Manuel Villarejo, ha reaparecido en los últimos días con una denuncia: recibió del CNI medio millón de euros para comprar la colaboración de dos directivos del Banco de Andorra para sacar a la luz las cuentas secretas de la familia Pujol.

El nuevo ministro deberá rodearse de un equipo de su absoluta confianza para garantizarse una lealtad que su antecesor no ha tenido. Mientras, medita la elección del secretario de Estado de Seguridad y de los nuevos directores generales de la Policía y la Guardia Civil.

Y en la Policía muchos creen que el actual comisario de Información, Enrique Barón, está llamado a asumir nuevas responsabilidades.

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