Desconcierto en la Policía: la razón por la que Zoido camina con pies de plomo
El nuevo ministro ha decidido tomarse un tiempo prudencial antes de escoger a los miembros más destacados de la cúpula policial. No quiere repetir el grueso error de sus antecesores.
Ni un paso en falso para lograr el objetivo final: la regeneración "integral" de la cúpula de la Policía y el desmontaje de las llamadas cloacas de Interior, en las que comisarios de distinto pelaje y condición han campado a sus anchas en las últimas décadas sin que ministro alguno haya podido o querido acabar con su impunidad.
Pero el nuevo ministro, Juan Ignacio Zoido, ha llegado con un mandato expreso de Mariano Rajoy: acometer esta legislatura la regeneración del departamento. Por eso, el desconcierto se ha instalado en el Complejo Policial de Canillas, en Madrid, lugar en que los más notables comisarios navegan estas semanas entre la incertidumbre sobre su futuro.
Zoido no ha hecho nombramiento operativo alguno -más allá de sus nombramientos políticos-, algo que sí ha ocurrido en la Guardia Civil tras el cese de su número dos, el general Cándido Cardiel -nombrado por Alfredo Pérez Rubalcaba- y su relevo por el general Pablo Martín Alonso.
Fuentes del Instituto Armado reconocen a ESdiario que ha sorprendido que el exministro Jorge Fernández Díaz, mantuviera a Cardiel en su puesto durante los últimos cuatro años. "Algo que nunca haría el PSOE", añaden.
Pero en la Policía, todo el mundo espera a los pasos a dar por el nuevo director general del Cuerpo, Germán López. El propio Zoido, junto a su secretario de Estado, José Antonio Nieto, tiene sobre la mesa una relación de candidatos para los puestos más sensibles a cubrir: la Subdirección Operativa (DAO), la Comisaría General de Información y la de Policía Judicial.
"Aquí se respira el mismo ambiente que cuando llegó Juan Alberto Belloch en 1993, una palpable sensación de vértigo", afirma a ESdiario un comisario con décadas de servicio a sus espaldas. "Y uno tiene la sensación -añade- que el nuevo equipo no se fía de nadie".
Y es un hecho. Zoido no ha nombrado a nadie pero tampoco ha confirmado a nadie en su puesto. Dice la leyenda urbana que cada nuevo titular de Interior trata de identificar primero al llamado comando Vera, los policías afines al PSOE que ascendieron y promocionaron -con su correspondiente cuota de poder- durante el felipismo de la mano de Rafael Vera. "Unos infiltrados", dice esta fuente, que han dado al PP "más de un susto" en los últimos años.
Zoido quiere que los puestos más sensibles sean ocupados por comisarios tras un proceso de concurso -mérito, trayectoria y capacidad- para evitar otra infiltración "masiva". En eso está. No quiere prisas. De ahí el desconcierto entre los altos uniformados.