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El gran intelectual de Pedro Sánchez le deja plantado para pasarse al otro bando

La última deserción en el "pedrismo" avala la tesis que se extiende entre los socialistas: su candidatura se desvanece mientras sus antiguos leales buscan un sustituto de garantías.

Pedro Sánchez junto a Ignacio Urquizu, el último en abandonarle.

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Pedro Sánchez ya no tiene quien le escriba, ni quien le llame. La larga y notable lista de abandonos y deserciones han dejado diezmado a su equipo, reducido ya apenas a su jefe de gabinete y a su responsable de comunicación, Juan Manuel Serrano y Maritcha Ruiz, respectivamente.

Y en lo político, tan sólo permanecen en el pedrismo sin fisuras dos alcaldes. Óscar Puente, el de Valladolid, con indudable poder político; y José Antonio Rodríguez, el de Jun, con cierta influencia en las redes sociales pero poco más.

La última deserción del entorno de Sánchez está dando mucho que hablar en los últimos días. Se trata del politólogo, escritor y diputado, Ignacio Urquizu, un respetado intelectual de la socialdemocracia. Profesor de Sociología, Urquizu es autor de La crisis de la socialdemocracia: ¿Qué crisis? y de La crisis de representación en España. Es, además un buen conocedor del fenómeno de Podemos.

El propio Sánchez le recuperó de la política aragonesa para imponerle en la lista al Congreso por Teruel, una decisión que generó en el PSOE de Aragón algunas críticas. Pero Urquizu llegó a las Cortes con la etiqueta de pensador del nuevo PSOE que Sánchez quería levantar tras el 39 Congreso, en el que pretendía revalidar su liderazgo. Fue el propio Sánchez el que puso a su fichaje de más peso intelectual a foguearse por los medios de comunicación de la izquierda menos entusiastas con su gestión.

Pero desde hace algunas semanas, Urquizu trabaja para la gestora en la elaboración del borrador del documento político que Javier Fernández quiere que sirva de base para el debate precongresual. Coordinados por José Enrique Serrano, viejos ideólogos socialistas como Ramón Jaúregui (hombre de Alfredo Pérez Rubalcaba) y José Andrés Torres Mora (vinculado a José Luis Rodríguez Zapatero) han puesto en marcha la maquinaria de ideas del susanismo y de los barones rebeldes. Junto a ellos trabaja, como uno más, Ignacio Urquizu, el llamado a ser hace unos meses el teórico del exsecretario general.

La gestora ha dado tanto poder al joven diputado que él está siendo el encargado de redactar la ponencia con las aportaciones del resto de sabios reclutados por Ferraz.

La relación de bajas en el equipo de Sánchez la inició, apenas horas después de su dimisión como secretario general -tras el tormentoso Comité Federal del 1 de octubre-, su portavoz parlamentario, Antonio Hernando, al pasarse con armas y bagajes al equipo de la nueva gestora socialista.

Después, uno de sus apoyos más solventes y respetados en el PSOE, Patxi López, se desmarcó del amago de rebelión y asumió el nuevo mandato de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Una decisión que también aceptó el que hasta entonces había sido su mano derecha, su secretario de Organización, César Luena.

Los barones leales, también desertan

Una de las traiciones más sonadas fue la del barón territorial más fiel a Sánchez, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Tras visitar en Sevilla a Susana Díaz, Iceta se declaró "neutral" y definió de la misma forma la futura postura de su partido en las primarias que han de celebrarse para elegir al nuevo secretario general. En las últimas horas ha desertado también la única presidenta autonómica socialista que militaba en el pedrismo, la balear Francina Armengol.

Pero el cambio de bando de Urquizu está siendo muy comentado entre los dirigentes socialistas. No obstante, el diputado turolense era uno de los arquitectos elegido por Sánchez para construir el nuevo PSOE que el exlíder esperaba dirigir. Pero el arquitecto y su proyecto trabajan ya al servicio de los grandes enemigos de su mentor.