El PSOE inicia una guerra sucia contra la incómoda Zaida Cantera para cargársela
Convertida Margarita Robles al susanismo y dejado por irreductible el verso suelto de Odón Elorza, el PSOE ha fijado su mirada en la diputada más fervientemente pedrista.
"Estoy pensando afiliarme al PSOE pero no se si me dejarán", ironizaba esta semana la excomandante del Ejército Zaida Cantera, una de las escasas pedristas convencidas y militantes que quedan entre los diputados socialistas.
Y es que la sonora traición de la jueza Margarita Robles-fichaje personalísimo del exsecretario general-ha dejado reducidos los escaños activista pro-Sánchez a dos: el de la propia Cantera y el exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza. Un verso suelto.
Robles ha ido transitando del "no es no" al susanismo con una convicción que ha provocado muchos comentarios y bromas entre sus compañeros en el Congreso. Ahora dice "creer" en Susana Díaz y en su apuesta por crear un PSOE "unido, moderno y transformador".
En el PSOE sorprendió hace unas semanas la doble vara de medir que la gestora empleó con Robles y con Cantera cuando se impusieron las sanciones a los díscolos. A Robles se la mantuvo como presidenta de la Comisión de Justicia mientras que a Zaida Cantera se la fulminó como portavoz en la de Defensa.
Fuentes socialistas reconocen que con la exmilitar hay cierta "decepción" que raya en el "malestar" por lo que se considera una deslealtad. Y se recuerda que de su caso -un feo asunto de acoso por parte de un superior- el PSOE hizo casus belli contra el ministro de Defensa, Pedro Morenés. Una batalla que llevó con mucha dedicación otro de los fichajes de Sánchez, la ex de UPyD, Irene Lozano.
Lo que mas ha molestado en la gestora y en la dirección del Grupo Socialista es que, apagados los rescoldos del pedrismo, Cantera siga en la batalla de exigir un congreso ya. Y que, de la mano de Odón Elorza, lo haya hecho en el lugar en el que Sánchez no se ha atrevido: en la Andalucía de Susana Díaz.
Otras fuentes consultadas por ESdiario apuntan a que el PSOE trata de hacer con Cantera lo que intentó con Margarita Robles tras la renuncia de Sánchez al escaño: que desista y abandone el escaño.
¿La razón? A las puertas de la lista por Madrid aguarda el gran deseado, el veterano fontanero José Enrique Serrano. Todos le quieren en el Congreso por si arranca una hipotética reforma constitucional. Y para más cosas.