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Cospedal se gana el aplauso de Soraya y el PP con su revolución tranquila

Su llegada al Consejo de Ministros está ayudando a Rajoy a quitar al Gobierno esa etiqueta de insensible que tuvo colgada toda la anterior legislatura. El Yak-42 ha sido la prueba de fuego.

Los familiares de la víctimas del accidente del YAK, tras su encuentro con Cospedal este martes.

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María Dolores de Cospedal ha asumido la gestión del caso YAK-42, una de las herencias más espinosas de la era Aznar, con una importante dosis de sensibilidad y de empatía con los afectados. Esta era, precisamente, la carencia que más se le ha reprochado al gobierno de Mariano Rajoy en la pasada legislatura: la falta de sensibilidad social, de conexión con los más desfavorecidos o afectados por la crisis, y de cierto encastillamiento en los despachos de los ministerios.

Pero una tragedia tan dolorosa como el mayor accidente que han sufrido las Fuerzas Armadas en su historia -y que tantos desgarros produjo en los años de gestión posteriores al siniestro- precisaba, tras el inesperado informe del Consejo de Estado, altas dosis de cercanía con los familiares de los 62 fallecidos, hasta este martes en guerra declarada contra el PP y, sobre todo, contra el exministro y embajador en Londres, Federico Trillo.

Pero como en otras ocasiones desde su llegada a la cúpula popular, María Dolores de Cospedal lo ha vuelto a hacer. Asumir en sus manos ese capítulo más que espinoso del pasado reciente y enmendar una gestión trufada de ineficacia y, a veces -en este caso del YAK-42-, también de cierta soberbia.

La ministra de Defensa ha recibido este martes a los familiares de los 62 militares fallecidos en Trebisonda (Turquía), la Asociación de Víctimas del YAK-42, y ante ellos ha asumido un doble compromiso: incorporar el dictamen del Consejo de Estado sobre la tragedia -los duros reproches a Federico Trillo, incluídos- y algo aún más allá, localizar la polémica póliza del seguro del viaje y los 111.000 euros supuestamente distraídos en la gestión del fatídico vuelo.

Todo esto en la víspera de que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, lleve a la Mesa de la Cámara la petición de comparecencia de Cospedal para explicar los detalles del informe del órgano constitucional, que concluye que el accidente del 26 de mayo de 2003 se pudo evitar. Pastor debe dilucidar si la comparecencia de Cospedal se sustancia ante la Comisión de Defensa o ante el Pleno, en el hemiciclo.

Cospedal no ha puesto líneas rojas al formato de sus explicaciones pese a que la oposición -fundamentalmente el PSOE y Podemos- pretende convertir la comparecencia en el primer juicio sumarísimo de la legislatura.

Los asistentes a la reunión, según ha sabido ESdiario, han reconocido que Cospedal les ha dado la "dosis de humanidad" que Trillo y su equipo -fundamentalmente el diplomático Javier Jiménez Ugarte, bestia negra de las familias- les negó, no solo tras el accidente si no también después del fiasco de las identificaciones y autopsias erróneas. Cabe recordar que la interlocución de Trillo y los familiares de los militares fallecidos no solo fue inexistente si no que en ocasiones fue abrupta.

Así lo ha reconocido tras la cita con Cospedal el propio presidente de la Asociación, Miguel Angel Sencianes, que ha calificado de "oro moral" los compromisos de la nueva ministra.

Por cierto, entre los familiares ha sido muy elogiada la gestión de la entrevista que ha hecho Defensa, sin afán de protagonismo ninguno de la titular del cargo y sus colaboradores, protagonismo del que hizo gala en su día su antecesor, José Bono.

Sencianes ha reconocido que para las familias de las víctimas es un "alivio" y confía en que las conclusiones de la investigación abierta ahora por Cospedal "realmente sepa dar homenaje" a los militares fallecidos.

Lo cierto es que, como en el caso Gurtel, la secretaria general del PP ha asumido el dossier del YAK sin complejo alguno. Ha satisfecho, y así lo han reconocido los afectados, las demandas de los familiares de las víctimas, irritadas sin límites con la gestión de Federico Trillo y su equipo.

Y de paso ha desactivado un incómodo artefacto político, el de la reaparición del exministro socialista del ramo , José Bono. Bono, el sábado en La Sexta y este mismo martes en El País, con su proverbial afán de protagonismo, ha llegado a lanzar una fea amenaza al gobierno de Mariano Rajoy: o el PP pide perdón o él mismo difundirá documentos ¡en su poder! que su equipo se llevo del Estado Mayor de la Defensa.

Esos documentos ya los busca Cospedal para incorporarlos a su informe final.