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El congreso de C,s se calienta: las bases combaten la mayor apuesta de Rivera

El partido naranja se enreda con su definición ideológica en vísperas de su cónclave más decisivo. Tras el debate, la batalla entre su adn catalán y su salto a la política nacional.

Inés Arrimadas, Albert Rivera y Juan Carlos Girauta, en una reunión de la ejecutiva de Ciudadanos

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Ciudadanos trata de definir estos días "qué quiere ser de mayor" y algunos de sus militantes chocan con las intenciones de Albert Rivera de mover el partido naranja de un campo ideológico a otro. A apenas tres semanas de que la formación celebre su IV Asamblea Nacional, el tránsito del partido catalán que nació como ariete contra el nacionalismo y el independentismo a la marca nacional que hoy es, está provocando algunas disensiones como ha podido comprobar este mismo miércoles su secretario de Organización, Fran Hervías.

Más allá del debate orgánico para españolizar Ciudadanos, Albert Rivera lleva semanas metido en una complicada operación quirúrgica: la ubicación ideológica de su partido en el espectro político. El líder ha renunciado a la etiqueta socialdemócrata con la que nació el partido para moverlo a un ambiguo y calculado "liberal-progresismo". Rivera pretende así salir del congreso del 4, 5 y 6 de febrero con un perfil propio, el reivindicado centro por el que apuesta para diferenciarse tanto del PP como del PSOE y garantizar su supervivencia.

El embrión catalán reclama la socialdemocracia

Sin embargo, en su intento por centrar a su formación, Rivera se ha topado con las combativas bases catalanas que reivindican su origen y su adn bajo la definición "socialismo democrático". De esta forma, a la ponencia ideológica va a llegar una propuesta de las bases para que los nuevos estatutos definan a Ciudadanos como una formación "socialista" y no "liberal-progresista" como propone Rivera y parte de su equipo.

El congreso de Ciudadanos -el primero que se celebra fuera de Cataluña-, se va sustentar en tres ponencias, valores, estatutos y estrategia. En total, la dirección del partido ha recibido 864 enmiendas, el mayor número procedente de Madrid (175), Cataluña (120) y la Comunidad Valenciana (108).

El documento que sienta las bases ideológicas del partido propuesto por la dirección y que apuesta, sin embargo, por el "liberalismo" estuvo a punto de ser tumbado por el sector socialdemócrata -en una reunión del Consejo General que se celebró el 18 de diciembre-, pero finalmente la propuesta de Rivera ganó tan solo por tres votos de diferencia..

"No hay un debate interno sobre esto salvo en Cataluña, sino que en el resto se habla más de estructura, estrategia y otras cosas", ha explicado Hervías sobre esta polémica.

Sin embargo, militantes de base han replicado a Hervías que la enmienda que pide mantener el perfil socialdemócrata se defiende no sólo desde Cataluña sino también desde agrupaciones de Madrid. Fuentes de ese sector han explicado que la defensa del "socialismo democrático" se ha aprobado en 13 agrupaciones madrileñas y en 20 catalanas.

La "enmienda Carreras" que Rivera votó

Este debate entre las dos almas de Ciudadanos no es nuevo y ya se produjo en el congreso de 2007. En ese momento, uno de los ideólogos del partido, el constitucionalista Francescs de Carreras, impulsó la llamada enmienda Carreras, la que define hasta hoy a la formación dentro del "socialismo democrático".

Fuentes consultadas por ESdiario reconocen que el debate actual tiene, fundamentalmente, razones estratégicas y electorales. Se da la circunstancia de que en Cataluña, y fundamentalmente en el Bajo Llobregat y en el cinturón industrial de Barcelona, los de Rivera han crecido de forma espectacular a costa del PSC, pero en mucha menor medida del PP.

Sin embargo, en su irrupción nacional, tanto en las autonómicas de 2015 como en la doble convocatoria general del 20-D y 26-J, los expertos de C,s han constatado que pescan de forma similar en caladeros socialistas y populares. Y ponen como ejemplo Madrid, donde han restado votos en distritos habituales del PP pero también en municipios antiguos bastiones del PSOE. Por eso Rivera quiere ahora dejar a Ciudadanos en una calculada ambigüedad ideológica.

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