El aguirrismo mueve ficha para no quedarse fuera del nuevo PP de Cifuentes
En las últimas fechas vienen celebrándose encuentros discretos de Aguirre y algunos alcaldes de su confianza que temen que la presidenta madrileña haga tabla rasa en el Congreso regional.
El aguirrismo ha vivido muchos años dorados.
Esperanza Aguirre y sus fieles temen que Cristina Cifuentes no cuente con el aguirrismo en el Congreso regional que el PP de Madrid celebrará entre los días 17 y 19 de marzo, justo un mes después del nacional.
Para entonces Cifuentes tomará plena posesión de un partido que gobierna de facto desde que en febrero del año pasado fue nombrada presidenta de la gestora; con el eficaz Juan Carlos Vera, hombre de confianza de Mariano Rajoy, como secretario general.
Sin buscar polémica pero con mano firme, durante los últimos meses la nueva lideresa ha ido imprimiendo su sello pero a la vez asumiendo alguna causa del aguirrismo. Como la que en los dos últimos congresos nacionales del PP (2008 y 2012) defendieron Aguirre y su inseparable Íñigo Henríquez de Luna: la de las primarias.
Aguirre es plenamente consciente de que tiene más pasado que futuro en el PP de Madrid, pero le preocupa lo que pueda pasar a su gente de confianza en el Congreso regional de marzo, principalmente alcaldes; le preocupa que Cifuentes no les dé cargos de responsabilidad en el nuevo organigrama del partido.
Con esa inquietud el aguirrismo viene celebrando algunos encuentros discretos. Según ha sabido ESdiario, el principal tuvo lugar poco antes de Navidad entre los alcaldes de Boadilla, Antonio González Terol (también diputado nacional); Alcorcón, David Pérez; Pozuelo de Alarcón, Susana Pérez, y alguno más del Oeste madrileño.
¿Con qué intención?, ¿acaso se está cocinando una candidatura alternativa a la de Cifuentes para liderar el PP de Madrid? No, no es eso lo que pretenden, porque todos coinciden en que la presidenta de la Comunidad de Madrid no tiene rival. Y además cuenta con el total respaldo de Rajoy.
Se trata más bien de buscar la forma de convencer a Cifuentes de que no haga tabla rasa en la confección de la nueva estructura, sino que cuente con algunos nombres de los años dorados del aguirrismo, que han sido muchos.
Mientras, la presidenta madrileña sigue enfrascada en la búsqueda de un acuerdo con la dirección nacional de su partido para que su propuesta de primarias no caiga en saca roto en la ponencia Política y de Estatutos coordinada por Fernando Martínez-Maíllo.