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Maíllo negocia con todos para asegurar a Rajoy un Congreso nacional plácido

Éste será un cónclave de transición para los populares, conscientes de que su jefe de filas "no va a ser eterno". El número tres está atando los cabos que quedaban sueltos.

Martínez Maíllo quiere llegar al Congreso nacional con todo atado.

Publicado por
Charo Zarzalejos

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Fernando Martínez Maíllo ha sacado a la luz todas sus capacidades de muñidor de acuerdos. La cita es este fin de semana y será en la Caja Mágica, en donde los populares celebran su Congreso de transición hacia el postmarianismo. No, Mariano Rajoy no se va a ir.

Es más, se da como seguro y bueno que además de liderar el partido sea el próximo candidato a La Moncloa; pero aun así son muchos, muchísimos, los militantes y agrupaciones del PP los que consideran que “Rajoy no va a ser eterno. Los tiempos políticos pasan muy rápidamente y nada nos debe coger desprevenidos”, indican varios barones del PP que, dicho sea de paso, son reconocidos marianistas.

El hecho de que inicialmente se hayan presentado nada menos que 4.000 enmiendas no dejó de sorprender, en un primer momento, a la dirección nacional. “No esperábamos tantas”, reconocen. Y con este cúmulo de enmiendas, Martínez Maíllo ha sido el encargado de acercar posiciones.

La primera gran negociación se produjo con Cristina Cifuentes: habrá primarias puras y duras en Madrid y a efectos nacionales se irá a la doble vuelta propuesta por la dirección: en una primera votación participarán todos los militantes pero serán los compromisarios con mandato claro quienes finalmente decidan en una segunda.

Solventada esta cuestión, se ultiman otras dos cuestiones: las incompatibilidades y asuntos relacionados con la Ponencia Social, en la que se incluyen asuntos como la maternidad subrogada y la custodia compartida. El responsable de esta ponencia ha sido Javier Maroto, que desde el momento en el que vio cómo Esperanza Aguirre y Alberto Núñez Feijóo se mostraron favorables a la maternidad subrogada tuvo pocas dudas de que el asunto saldrá adelante.

Con todo, estos asuntos no dejan de ser “espinosos” para un partido que “por ser tan transversal hay opiniones para todos los gustos”. Para evitar “incomodidades innecesarias para todos” se va a aprobar, con el visto bueno expreso de Rajoy, el voto en conciencia para todos aquellos asuntos que afecten seriamente a las convicciones de cada cual. Cree la dirección que ésta es una “fórmula adecuada para evitar tensiones. Tenemos que tener en cuenta a todos”.

No obstante, en donde el acuerdo se vio desde el primer momento más complicado es en el capítulo relativo a las incompatibilidades. Se indica en Génova que “ha habido un fijación con Cospedal pero no se trata de eso. Hay muchas, muchísimas personas a las que les podría afectar. No es un asunto fácil, pero es verdad que la tesis de una persona, un cargo, tiene muchísimos adeptos”. No existe un acuerdo similar al alcanzado con Cristina Cifuentes y son muchos los compromisarios que quisieran que este tema se decidiera en votación plenaria.

La segunda parte

Otra sorpresa ha sido el ingente numero de peticiones de asistencia que se han recibido. “Tenemos gente para llenar dos pabellones y esto creemos que significa que hay interés, que la gente tiene ganas de participar y de enterarse de primera mano de lo que ocurre”. No faltan quienes creen que “en este Congreso hay mucha gente que quiere que se le vea por lo que pueda ocurrir”.

No está previsto que en la Caja Mágica vaya a ocurrir nada especialmente sorprendente, entre otras razones porque los debates que levantan pasiones como son los que afectan al “poder” llegan resueltos: Mariano Rajoy es el presidente incuestionable y María Dolores de Cospedal la secretaria general también incuestionable, al menos para su jefe. Ambos tienen cerrado el capítulo desde hace más de dos semanas. Mientras, Jorge Moragas se encarga de cerrar las asistencias internacionales. Se ha invitado expresamente a Angela Merkel, que no asistirá por tener cerrada su agenda desde hace muchas semanas.

Todo indica que el de este fin de semana va ser un Congreso plácido. Fernández Maíllo está en ello y Núñez Feijóo se presenta como el “árbitro necesario” del mismo. Pero el Congreso no acaba el domingo. Acaba en realidad dentro de dos meses, cuando se hayan celebrado los congresos regionales. Hay varias autonomías en donde pueden producirse legítimas disputas internas, como La Rioja y Castilla y León.

En esta última Juan Vicente Herrera aún no ha comunicado si va a presentarse o no. En este último caso se habla de Alfonso Fernández Mañueco, que tiene muchos partidarios en Génova para ser su sucesor. En algunos ambientes suena el nombre de Pablo Casado como sucesor de Herrera, pero para él la dirección tiene otros planes.

Se da por seguro que si la actual legislatura se agota en el ecuador de la misma, Rajoy es el candidato indiscutible pero “¿y en la siguiente? Está en plena forma, su ambición es dejar a España mucho mejor que como la encontró, pero todos sabemos que ni es eterno ni es de los que no tiene sentido de la medida y el partido debe estar preparado porque nos enteraremos de su decisión al día siguiente de que la haya tomado”.

En el PP se tiene clara conciencia de que una vez -“cuando sea”- que Rajoy tome la decisión de irse, “con él se va toda una generación y ese paso no se improvisa”. De ahí la importancia que se da tanto a los congresos regionales -“que son la cantera del partido”- como a los que están cerca de los 40 años y ya ocupan cargos en el PP. A estos se les va a cuidar de manera especial y algunos veteranos como Javier Arenas podrían, después de la cita en la Caja Mágica, dejar de estar en donde están.