El contundente alegato final del fiscal desenmascara la "trampa" de Artur Mas

El juicio contra el expresidente de la Generalitat, Artur Mas; su vicepresidenta, Joana Ortega; y su consejera de Educación, Irene Rigau, por la consulta ilegal del 9N llega este viernes a su final, cuando el juez Jesús María Barrientos dicte el tradicional visto para sentencia.

Pero antes, el fiscal del caso, Emilio Sánchez Ulled, ha pronunciado un demoledor alegato acusatorio que ha desmontado la estrategia defensiva del exlíder de la antigua Convergencia.

El fiscal ha asegurado en el tramo final del juicio que "no se está juzgando la voluntad popular" en la causa. "Por mucho que se repita una y otra vez, no es la verdad", ha asegurado Emilio Sánchez Ulled en la lectura de su informe, en la última sesión del juicio que acoge el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Sánchez Ulled ha insistido en que el objeto del juicio es averiguar si el gobierno de Mas desobedeció y continuó con su actividad administrativa para el 9N pese a la suspensión por parte del Tribunal Constitucional de la consulta.

"Esto no es un enfrentamiento entre unos seres vestidos de negro que representan a unas instituciones antidemocráticas frente a unos investidos de autoridad democrática", ha advertido el fiscal, al que Artur Mas ha querido contestar en varias ocasiones desde el banquillo impidiéndoselo el juez.

El fiscal ha asegurado además que "este juicio también es democracia". "Tan democrático será este tribunal si condena como si absuelve. Espero que condenen, que para esto estoy aquí. Es que ya está bien de todo lo que se está organizando alrededor de este acto", ha proclamado Emilio Sánchez Ulled, en alusión implícita a las declaraciones y la concentración ante el juzgado el primer día de juicio.

Tras exponer durante dos horas los argumentos jurídicos por los que cree que la sentencia debe ser condenatoria, el fiscal ha dedicado el final de su exposición para defender su independencia y la de de su institución: "No hemos recibido ninguna indicación del Gobierno. Yo no lo habría consentido".

Por su parte, Mas ha afirmado antes de entrar en el Palacio de Justicia para la última sesión del juicio que no hay base para considerar la consulta un delito: "Si poner las urnas es delito y escuchar a la gente es un delito, mal vamos".

En declaraciones a los medios a las puertas del TSJC, Mas, que ha llegado junto a su esposa, Helena Rakosnik, ha dicho que considerar delito el 9N "es tremendamente forzado".