De sacrificado Jefe de la Casa Real al paro, "señalado" por Felipe VI y Letizia

Lo cuenta este sábado el diario El Mundo, Rafael Spottorno "no disfrutó ni de un día tranquilo" en su puesto como Jefe de la Casa del Rey. "Unas veces, por las operaciones quirúrgicas del Rey. Otras, por las noticias de Urdangarin. Y tampoco faltaron las andanzas de Corinna y sus declaraciones públicas. Su último y gran servicio fue el más delicado: organizar la abdicación de don Juan Carlos con acierto jurídico y con garantías de discreción. Pasó la prueba con brillantez". Para un diplomático de carrera como él, estar al frente de la maquinaria de la institución es una meta difícil de igualar. Pero no sólo de honor vive el hombre. En Spottorno se ha dado una paradoja. Dos años y medio después de su cese como Jefe de la Casa, no ha encontrado más destino laboral que la jubilación. El asunto ha generado un cierto desencanto en Spottorno, porque se siente "desaprovechado".

Y prosigue el diario, todos los secretos, la influencia, el conocimiento exacto del chirrido de las bisagras del poder, todo el know how acumulado a lo largo de estos años al lado de Juan Carlos (los más delicados de la Monarquía probablemente) languidecen entre visitas al gimnasio y labores de abuelo.

"Rafael Spottorno está jubilado, por lo que no tiene ninguna información que le pueda ser de utilidad para su artículo", indican desde el entorno directo del diplomático. El único caso reciente en el que un Jefe de la Casa ha pasado directamente de Zarzuela a la jubilación es el de Sabino Fernández Campo, quien cesó en 1993 cuando ya contaba con 75 años, una edad más que respetable. El caso de Spottorno es diferente porque sólo tenía 70 cuando dejó el máximo cargo de la Casa del Rey. "Y una cabeza y una agenda en plenas facultades". Pero ahora sí ha ocurrido una vez accedían al trono Felipe VI y doña Letizia.

Y añade El Mundo que Spottorno era demasiado mayor para reingresar en el servicio diplomático, a pesar de su dilatada experiencia. Ha sido cónsul en La Habana y Río de Janeiro, consejero cultural de España en Bruselas (1974-1977), director de Asuntos Políticos de Europa Oriental (1979), representante permanente de España en el Consejo de la OTAN (1982-1983) y representante en la ONU (1986). También fue jefe de gabinete del Ministerio de Exteriores de Francisco Fernández Ordóñez y Javier Solana.

Sus antecesores sí encontraron trabajo

La opción más tradicional entre sus antecesores al frente de la Casa del Rey ha sido la de entrar en el consejo de administración de alguna gran empresa o entidad financiera. Fernando Almansa fichó por Telefónica en febrero de 2003, sólo dos meses después de dejar La Zarzuela, y en abril de ese mismo año se incorporó al consejo de administración de Bancomer, la filial mexicana de BBVA. Con la salida de Alierta en 2016, Almansa cesó también en Telefónica y actualmente es consejero de Laboratorios Rovi. Por su labor en la empresa de telecomunicaciones recibió en 2015 en torno a 450.000 euros. Un sueldo más generoso que el de Jefe de la Casa del Rey, que, según datos también de 2015, ganó 136.529,72 euros al año.

Alberto Aza siguió exactamente el mismo camino que Almansa. Cuando dejó la Casa del Rey fichó por Abengoa como miembro de su Consejo Asesor Internacional. También fue consejero de Criteria (Caixa) hasta que en 2012 fue nombrado consejero permanente de Estado y presidente de la sección quinta del Consejo de Estado, lo que le obligó a renunciar a sus consejos. Por su labor en la institución consultiva percibe 100.672 euros.

La influencia, el conocimiento de las bisagras del poder, todo el know how acumulado al lado de Juan Carlos I (los más delicados de la Monarquía) languidecen entre visitas al gimnasio y labores de abuelo

Y se pregunta el artículo, ¿Por qué no se rifan a Spottorno las empresas del Ibex? A nadie se le escapa que los nuevos aires de transparencia y fair play insuflados por Felipe VI han alejado a la Casa de todo aquello que huela a nepotismo. El entorno del diplomático, sin embargo, culpa más directamente al "tema de las tarjetas black". Rafael Spottorno, ex jefe de la Casa Real, gastó 224.000 euros con su tarjeta presuntamente opaca mientras fue presidente de la Fundación Caja Madrid (de 2002 a 2011, justo después de ser Secretario general de la Casa del Rey). Así, la que fue discreta sombra de Don Juan Carlos durante años protagonizó titulares, fotos, anécdotas y tuvo que corporeizarse muy a su pesar para hacer el paseíllo ante la Audiencia Nacional, donde ha sido juzgado junto al resto de acusados.

En su defensa, Rafael Spottorno declaró que la tarjeta era parte de su retribución, "siempre lo entendí así", razón por la que habitualmente trataba de agotar el saldo. Ese mismo argumento es el que maneja el tribunal, según diversas informaciones, para inclinarse por una exoneración masiva de los usuarios de las black (el juicio está visto para sentencia desde la semana pasada). Un final descafeinado para uno de los asuntos que más han indignado a los mortales en los últimos tiempos.