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Rajoy deja en evidencia un gesto feo del PSOE y revela la llamada de Rivera

Los populares clausuraron su 18 Congreso nacional con la sensación de que su líder es incombustible. Habló de pactos y concesiones en tono conciliador y hasta tuvo un recuerdo para Aznar.

Rajoy saluda a los compromisarios durante la clausura del 18 Congreso nacional.

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Larga vida a Mariano Rajoy. Ése bien podría ser el resumen del 18 Congreso nacional del PP, del que el presidente ha salido reelegido por el 95,65% de los votos.

Los populares han despedido este cónclave con una certeza: no hay atisbo de sucesión en marcha. Ya se ha ocupado Rajoy de no hacer ningún movimiento que pudiera sugerir siquiera un sucesor.

Como él mismo afirmó al presentar su candidatura, todavía puede dar "mucho más". "Sabré estar a al altura".

Una vez proclamado nuevamente líder del PP, Rajoy se volvió a enfundar la chaqueta de presidente del Gobierno para pedir a la oposición acuerdos. "Nuestra fuerza ha disminuido, ya no tenemos mayoría absoluta. Necesitamos ayuda pero no será fácil lograrla", señaló.

Y continuó: "España es responsabilidad de todos y el diálogo exige interlocutores. Diálogo no significa vender favores al Gobierno. Exigirá concesiones".

A la clausura acudieron, y así se lo agradeció Rajoy públicamente, representantes de Foro Asturias, UPN y el PAR, con los que el PP fue a las elecciones; así como de Coalición Canaria y Ciudadanos. En concreto de estos últimos Begoña Villacís y Miguel Gutiérrez.

De hecho el jefe de filas de los populares contó que Albert Rivera le había llamado este domingo por la mañana para felicitarle. "Le dije que no apretara mucho, a vosotros también os lo digo", bromeó.

El PP había invitado también al PSOE, pero después de darles muchas largas los socialistas finalmente no enviaron a nadie y dejaron la silla vacía. A pesar de la buena relación entre Rajoy y el presidente de la gestora, Javier Fernández, debieron de pensar que no les convenía. Ni siquiera por cortesía.

En cualquier caso Rajoy presumió de que en estos tres meses el PP ha demostrado "nuestra disposición a llegar a acuerdos" y confió en seguir por esa senda, aunque no dependa solo de los populares.

El presidente dedicó muchos minutos de su discurso a Cataluña para reiterar que aunque está dispuesto a dialogar -"como siempre"- jamás permitirá la celebración de un referéndum "que prohíbe nuestra Constitución".

En tono conciliador, tuvo un mensaje "de gratitud" incluso para José María Aznar, expresidente de honor y gran ausente. "Sus años de gobierno un orgullo para el PP", afirmó.

"Somos un partido de la España de hoy, al servicio de la España de hoy", remachó dirigiéndose a los suyos. Y ya anunció que seguirá dando la batalla contra los populismos.

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