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Rajoy ultima un plan de emergencia por si Sánchez vuelve a mandar en el PSOE

En el Gobierno no las tienen todas consigo, en vista de que ni los socialistas se atreven a vaticinar qué pasará en unas primarias que en teoría debían ser un paseo para Susana Díaz.

Rajoy, este lunes, en un desayuno informativo en Madrid.

Rajoy, este lunes, en un desayuno informativo en Madrid.

Publicado por
Charo Zarzalejos

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Haya o no acuerdo, y de momento no lo hay, el Gobierno tiene previsto presentar el proyecto de Presupuestos Generales a lo largo del mes de marzo. Si el PSOE cumple lo dicho, el Ejecutivo no contará con su apoyo. Sabe el Gobierno que no lo tiene fácil. Sin embargo, una eventual prórroga de los Presupuestos vigentes no será motivo decisivo para un adelanto electoral. La aprobación o no del techo de gasto para 2018 será, de acuerdo con todas las fuentes consultadas, la “prueba del algodón”.

Mariano Rajoy ha hecho saber a los suyos que nada de jugar con un adelanto electoral. La “doctrina” es que la legislatura debe ser lo más larga posible porque “la estabilidad es un factor clave para apuntalar la mejora de la economía” y porque, de ningún modo, ni el PP ni el propio presidente pueden aparecer ni ante la opinión pública ni ante sus adversarios políticos como amenazadores de pulsar el botón rojo.

La doctrina que Rajoy traslada al PP es que la legislatura debe ser lo más larga posible

“La legislatura -se indica desde Génova- no está siendo fácil, pero eso ya lo sabíamos. Se trata de administrar lo que hay de la manera más inteligente y pensando en el interés general y es obvio que a España lo que le conviene es mantener la estabilidad. Ni se puede ni se debe abusar de las urnas a primeras de cambio”.

El Gobierno está decidido a presentar a lo largo del mes de marzo su proyecto de Presupuestos para 2018. En estos momentos se está trabajando en lograr un mínimo nivel de acuerdo “que aunque se lograra no sería bastante”. Aun cuando este acuerdo no se alcance, el Ejecutivo lo va a presentar “porque cumple con su deber al hacerlo y serán los demás quienes tengan que retratarse y todos saben que la voluntad de diálogo y acuerdo no es una broma, pero si no se logra, no se logra”.

A día de hoy, nadie, ni en el Gobierno ni en el grupo parlamentario, se atreve a afirmar que no se vaya a producir una prórroga de los ahora vigentes. Admiten que “no es lo mejor que puede pasar” para añadir que, en principio, una eventual prórroga de los actuales PGE “no será, por sí solo, motivo bastante para un adelanto electoral”.

El foco de atención se pone en el techo de gasto para 2018. La aprobación del mismo forma parte de los compromisos con Europa y “eso son palabras mayores" para Rajoy. Si los Presupuestos se prorrogan, cosa que no hay descartar, y no se logra aprobar el techo de gasto para el año próximo, las cosas ya se ponen más feas y en ese supuesto, el escenario queda muy abierto”. Significa esta expresión, que en esa hipótesis, “un adelanto electoral cobraría todo el sentido del mundo”. Los más atrevidos sitúan ese eventual adelanto en torno al primer trimestre del 2108.

Vista la situación, el Ejecutivo prácticamente ha renunciado a ejercer su capacidad para presentar proyectos de ley y buena parte de la agenda del presidente está ocupada con actividades de carácter internacional. Todavía no hay nada cerrado, pero es previsible que antes de fin de año Rajoy pueda viajar a Argentina como devolución a la reciente visita de Mauricio Macri.

Mirando al PSOE

Si la “doctrina” es no hablar de adelanto electoral, otra, ciertamente obvia, es mantener un riguroso silencio ante el debate interno del PSOE que finalizará en el próximo mes de junio.

No obstante, los populares no ocultan un punto de preocupación sobre cuál vaya a ser el resultado final de unas primarias que según los propios socialistas se presentan como “muy inciertas” en lo que al resultado final se refiere. En el momento actual y a falta de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, entre oficialmente en liza, muchos de quienes ven en ella algo así como la salvación del partido no descartan un triunfo de Pedro Sánchez.

Las fuentes consultadas en el PP no quieren valorar un posible triunfo de Sánchez y aunque tanto él como Patxi López ya han afirmado que su propósito “no es romper la legislatura”, en el PP sí se considera que “ocurra lo que ocurra, las cosas serán distintas y por nuestra parte la voluntad de diálogo y acuerdo no se va a mover un ápice.

El Gobierno y el PP intuyen que en no mucho tiempo su margen de maniobra puede estrecharse

Serán los socialistas los que tengan que decidir cómo quieren gestionar su posición en el Congreso y lo que sí parece claro es que van a necesitar un tiempo y Rajoy no tiene la menor prisa por apretar el botón rojo, pero, claro, si la gobernabilidad se traduce en no dejar gobernar, en utilizar al Ejecutivo como el pim-pam-pum… en ese caso habrá que repensar algunas cuestiones pero ahora no toca hablar de elecciones. Toca responsabilidad, estabilidad y trabajar por todos los acuerdos que sean posibles y buenos para los españoles. Vamos a esperar y ver qué pasa”.

El "asunto catalán"

En este contexto de incertidumbre a medio plazo sobre la suerte de la misma legislatura, el Gobierno tiene encima de la mesa el pulso catalán. Se reconoce que la llamada “operación diálogo” puede no dar los resultados deseados que no son otros que el Gobierno catalán deje aparcado el anunciado referéndum. Nada indica que esto vaya a ser así y Puigdemont ya se lo dejó claro a Rajoy en la famosa por misteriosa reunión que ambos celebraron en La Moncloa poco antes de la Conferencia de Presidentes.

Ni en La Moncloa ni en Génova se quieren adelantar acontecimientos pero lo que sí se transmite es que si la Generalitat lleva el pulso secesionista hasta el final “la respuesta será clara para todos los españoles”. “Será clara -se añade- pero ni habrá Guardia Civil, ni nada eso que algunos esgrimen para añadir épica a lo que saben que no va ocurrir y si algo no va a ocurrir es un referéndum ilegal”.

En todo caso, “si el empecinamiento se mantiene”, el Gobierno y más en concreto su presidente y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría plantearían la situación a todos los demás partidos y de manera muy especial a Ciudadanos y PSOE “si hay con quién hablar”.

En el supuesto de que hubiera que tomar “decisiones no fáciles ni agradables”, el Gobierno y el PP buscarán el mayor respaldo posible de los grupos de oposición sabiendo que “la responsabilidad última es del propio Gobierno”.

Con este panorama carente de certezas, el Gobierno y el PP intuyen que en no mucho tiempo su margen de maniobra puede estrecharse “y aquí no estamos para perder el tiempo”.

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