Los independentistas ocultan un informe de la UE sobre Cataluña desolador
Mientras los dirigentes de la antigua Convergencia y ERC siguen con sus circos mediáticos, desde Bruselas Puigdemont ha recibido un severo correctivo. Cataluña, en el "pelotón de los torpes"
Parece que la "Cataluña real" no está en la agenda del gobierno independentista que encabezan Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Y mientras este lunes los máximos dirigentes de la antigua Convergencia y de sus socios volvían a protagonizar su pantomima soberanista a las puertas del Tribunal Supremo, un nuevo informe demoledor para los intereses de los catalanes llegaba, esta vez, desde la Unión Europea.
Y es que mientras el exconsejero de Presidencia y portavoz en el Congreso, Francesc Homs, se sentaba en el banquillo para responder de su desobediencia al Tribunal Constitucional en la consulta del 9N, el gobierno de Puigdemont aprovechaba del ruido para ocultar a los catalanes la dramática radiografía que Bruselas ha hecho de su situación económica y financiera. Pero ha sido El Periódico en encargado de aguar a fiesta independentista a Puigdemont y Junqueras.
Según el estudio del órgano que preside Jean Claude Juncker, Cataluña sigue en caída libre en el ránking de competitividad europeo que elabora cada tres años la Comisión.
Según el último informe presentado este lunes en Bruselas, la comunidad autónoma catalana se sitúa ahora en el puesto 153 (de un total de 263 regiones), 11 por debajo del que ocupaba hace poco más de tres años y cada vez más lejos de Navarra (148), País vasco (119) y Madrid (83), las tres regiones más competitivas en España.
El Periódico detalla que este informe analiza la situación de las regiones europeas en relación a 74 indicadores agrupados en torno a 11 pilares y tres elementos: el grupo básico, el de eficiencia y el de innovación.
Pues bien, el único en el que Cataluña obtiene un aprobado y raspado –se sitúa en el puesto 129, el mismo que en el 2013- es el básico, que examina factores básicos en una economía como son las instituciones, la estabilidad macroeconómica, las infraestructuras, la sanidad y la educación básica. Estos tres últimos son de hecho los únicos en los que se puede decir que aprueba con solvencia.
El informe constata, en cambio, un retroceso en materia de innovación y eficiencia. En 2013, Catalunya ocupaba el puesto 133 en el sector de la innovación, que examina elementos de progreso como la preparación tecnológica, la sofisticación empresarial o la innovación. Ahora Bruselas la sitúa en el 138, ligeramente por debajo de la media europea.
Pero si hay un ámbito en el Cataluña ha perdido prestigio y calificación ese es el de la eficiencia, un ámbito clave en el desarrollo de un mercado laboral más eficaz y que analiza tres factores: la educación superior, la formación y el aprendizaje permanente, la eficiencia del mercado laboral y el tamaño del mercado. En este terreno los catalanes han perdido 27 puestos. Descienden del 148 que ocupaba Cataluña hace tres años al 175.
Se da la circunstancia de que el pasado 24 de enero Puigdemont y Junqueras acudieron a Estrasburgo para tratar de colocar su referéndum independentista en las instituciones europeas. Cosecharon un ridículo mayúsculo. Y justo cuando los expertos de la Unión estaban examinando el desplome de la competividad de Cataluña. Cuestión de prioridades.