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La grabación que estalla en la Casa Real, sonroja a Juan Carlos I y vuela el CNI

La sucesión de grabaciones prohibidas al entonces Rey tiene este lunes un capítulo bochornoso con la filtración de un encuentro íntimo del Monarca emérito con una amante en un "piso franco".

El Rey Juan Carlos durante una visita de Reagan a Madrid en 1985.

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OKdiario publica este lunes lo que llama "prueba definitiva" que demuestra que el entonces Rey, Don Juan Carlos, fue grabado y espiado por agentes del CNI –entonces CESID-, en el chalé de la calle Sextante de Aravaca (Madrid). La cinta registra una de las citas de Su Majestad con una de sus "amigas íntimas" que pertenece a una de las muchas grabaciones de las que fue víctima entre finales de 1991 y mediados de 1994.

Según explica este diario, no obstante, lo más probable es que la conversación se produjese a lo largo de 1993, fecha en la que fueron instalados los equipos de grabación en el interior del armario del dormitorio principal del inmueble alquilado por fondos reservados.

Según recoge la información, el espionaje a Don Juan Carlos fue realizado por un grupo de agentes del CNI aparentemente sin el conocimiento de Emilio Alonso Manglano, entonces el director del espionaje español. Los espías registraron las imágenes desde unas cámaras y micrófonos camuflados en el interior de la vivienda, regentada por un hombre de plena confianza del responsable del CESID.

Según esta noticia,uno de los espías que participaron en la operación contra su S.M. tuvo una crisis de conciencia y "traicionó" a sus compañeros de espionaje entregando las cintas a la Dirección del Centro.

Este segundo caso de espionaje al Rey por medio de equipos, se suma al del Departamento de Escuchas del CESID que espió al Rey en octubre de 1990 mientras hablaba desde el móvil con un amigo y al de los micrófonos instalados en su despacho.

Lo que dice en la nueva grabación

La cinta, que posee OKdiario, de una duración de poco más de 30 minutos, solo tiene registrado el audio y no lo que serían unas controvertidas imágenes. Durante ese tiempo Don Juan Carlos conversa con su compañera de manera amistosa y los diálogos delatan que la relación es de mucha confianza. El Rey interrumpe tres veces la conversación para responder unas llamadas telefónicas que recibe desde Londres. El Monarca pregunta en español a su interlocutor por una persona que no identifica y pide que le devuelvan la llamada a las 19 horas.

Según recoge el medio, es la parte de la grabación que mejor se escucha. Tras colgar por teléfono, Don Juan Carlos y su amiga retoman su conversación y comentan varios asuntos particulares como la solicitud de un crédito o la existencia de una denuncia y el contacto con una oficina de Marbella. La acompañante, cuya identidad se desconoce, le comenta al Rey la conveniencia de hablar con un tal “Emilio”.

Según el medio, sólo reproduce las partes intrascendentes de la conversación para no interferir en la vida privada del monarca. A lo largo de la cinta, S.M. aparece en una situación distendida, incluso, al final del encuentro su acompañante hace un comentario humorístico que provoca que el Rey se desternille de risa.

La seguridad, en entredicho

Tal y como explica la información, el documento sonoro contradice a quienes durante 25 años vienen negando la realidad de los hechos: primero, el CNI alquiló un chalé para los encuentros amorosos de Su Majestad; segundo, el Rey fue espiado por unos agentes díscolos y no controlados por la dirección del CESID; tercero, la seguridad del jefe del Estado fue sometida a un riesgo innecesario, ya que pudo ser objeto de una acción violenta en lugar de una inocua grabación; cuarto, los servicios secretos dieron, una vez más, muestra de su inoperancia al no garantizar la integridad del monarca; quinto, los espías vulneraron la vida privada de Don Juan Carlos en sus relaciones más íntimas y sexto, los diferentes gobiernos de Felipe González no sólo ocultaron los hechos sino que además mintieron de manera contumaz a los españoles cuando se esforzaron en negar las informaciones periodísticas.

Al mismo tiempo, la grabación sirve para contradecir los argumentos esgrimidos por las sucesivas jefaturas de los servicios secretos que, desde los años noventa, viene manteniendo que la vivienda de Sextante fue una base operativa secreta, ajena a asuntos privados.