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Cabreo en La Moncloa por la torpeza del clan andaluz de Interior en el caso DGT

Cuentan en el Gobierno que peor no lo ha podido hacer el Ministerio de Juan Ignacio Zoido, que empezó por reaccionar tarde a la información de "El Objetivo" y fue de mal en peor.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, junto al director general de Tráfico, Gregorio Serrano.

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El Gobierno hace balance de daños y considera deshinchado el globo del supuesto escándalo que salpica al director general de Tráfico, Gregorio Serrano. Con contundencia, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha respondido este miércoles en el Congreso a sendas preguntas de Pablo Iglesias y del diputado del PSOE, Artemi Rallo, sobre la presunta cesión de una vivienda de la Guardia Civil en la que pretendía residir el responsable de la DGT.

Zoido ha negado con luz y taquígrafos la mayor. No hubo ni cesión de la vivienda, ni Serrano la ocupó, ni hubo tampoco permuta alguna de instalaciones entre la Guardia Civil y la DGT.

En la gestión de esta minicrisis, que saltó a la luz el pasado domingo en el programa El Objetivo de Ana Pastor, La Moncloa ha permanecido completamente al margen. Pero en el núcleo duro del Gobierno hay un notable malestar por la "torpeza y lentitud" de la respuesta de Interior, según ha sabido ESdiario.

El centro de las críticas es el propio director de la DGT, Gregorio Serrano, al que La Sexta contactó el pasado jueves para informarle de que poseía documentos que apuntaban la posible irregularidad en la utilización de la vivienda de la polémica.

Tráfico apeló a la agenda de Serrano para dar largas, así que Pastor reveló el domingo la exclusiva sin poder aportar la versión del máximo responsable del departamento.

Sí analizaron la polémica en el plató de la cadena el asesor jurídico de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), Mariano Casado, y el diputado de Podemos Juan Antonio Delgado, que fue portavoz de ese colectivo profesional que agrupa a agentes del Instituto Armado hasta fichar por el partido morado.

Con todo esto, la crisis le estalló al ministro Zoido el lunes en Bruselas, donde asistía a un Consejo de Justicia e Interior de la UE. Dijo a los periodistas desconocer el caso pero se comprometió a recabar la información pertinente.

Pero Interior hizo algo más: forzar una rueda de prensa de Gregorio Serrano, que compareció ante los periodistas a la intempestiva hora de las nueve y media de la noche. Casi 24 horas después de que saltara el asunto.

El director de la DGT protagonizó una enrevesada comparecencia, dio versiones contrapuestas y apareció visiblemente nervioso, cuando la polémica ya estaba en todos los medios y en el Congreso. De hecho, PSOE y Podemos cambiaron ese día sus preguntas para interpelar a Zoido sobre el caso.

En La Moncloa ha generado ciertas suspicacias que el ministro se haya rodeado de afines, en algunos casos sin experiencia en la política nacional, más aún en un departamento tan sensible como Interior. La DGT ya ha provocado la primera aspereza entre la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el titular de Interior.

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