El Defensor del Pueblo noquea a Carmena, Kichi, Ribó y otros alcaldes del cambio
Madrid, Valencia, Zaragoza, La Coruña, Cádiz... ¿nuevo concepto de alcaldes próximos a los ciudadanos? Las cifras oficiales dicen lo contrario: nula transparencia y huyen de sus vecinos.
Llegaron a los ayuntamientos en las pasadas elecciones locales en mayo de 2015 en muchos de los casos como auténticas oleadas, o mareas, de esperanza y con innumerables promesas debajo del brazo. Los "alcaldes del cambio" vendían proximidad a sus vecinos, solución a sus problemas reales y contacto directo y diario con la gente de "a pie". Al margen de otras promesas de índole político, los Manuela Carmena, Kichi, Joan Ribó, Xulio Ferreiro (La Coruña) o Pedro Santisteve (Zaragoza) han quedado reflejados con un informe de la oficina del Defensor del Pueblo, al que ha tenido acceso ESdiario, en el que queda claramente patente su falta de interés por dar respuesta a la ciudadanía.
Cerrojazo informativo, poca transparencia y poca voluntad de responder a las sugerencias, quejas o simplemente comunicaciones de sus administrados, los residentes en Madrid, Cádiz, Valencia, La Coruña o Zaragoza. El informe del Departamento de Soledad Becerril no puede ser más clarificador: los tiempos de respuesta a las quejas oficialmente presentadas por los vecinos han aumentado de manera considerable en relación a esos mismos ayuntamientos antes gobernados por los populares Ana Botella, Teófila Martínez, Rita Barberá, Carlos Negreira o el socialista, Juan Alberto Belloch. Los tiempos de espera que los ciudadanos deben aguardar para hallar respuesta de sus respectivos consistorios se han disparado en relación a la pasada legislatura.
Las llamadas "fuerzas del cambio" quedan retratadas en este demoledor informe, al que ha tenido acceso ESdiario, ya prácticamente en el ecuador de su mandado: a sus vecinos se les trata con desprecio. Vamos con los datos. En cuanto a Manuela Carmena y su Ayuntamiento, los madrileños han visto como los tiempos de espera han pasado de los 57 días en el año 2014, a los 65, 1 del pasado año y a los casi 63 días del primer trimestre de 2017, con una tendencia a seguir aumentando.
Cifras similares registra Valencia. Joan Ribó, el de Compromís, tampoco pone especial interés en acercarse a sus vecinos. Su Ayuntamiento ha pasado de los 40 días de tiempo de respuesta en 2014 a los 65 de 2016. En lo que llevamos de año el dato ya se sitúa en los 54 días.
El aumento es una constante tal y como ha comprobado ESdiario. El Cádiz de José María González Kichi tampoco es un ejemplo de transparencia. Su consistorio es uno de los que más ha empeorado el tiempo de respuesta a sus vecinos. Así, ha pasado de los 44 días en el año 2014 a los casi insostenibles 139 del pasado año. En lo que llevamos de 2017 el resultado tampoco es mejor: ya vamos por 88,5 días de demora.
Por su parte, La Coruña y la En Marea de Xulio Ferreiro también demuestran que no le importan mucho los problemas reales de sus habitantes. De los 84 días (año 2014) de tiempo medio de espera en la respuesta a sus ciudadanos ha pasado a los 101 días del pasado año. En los tres primeros meses de 2017 la espera ya supera los 85 días.
Por último, los zaragozanos tampoco dan saltos de alegría con la administración de su primer edil podemita, Pedro Santisteve, que aunque ha mejorado algo las cifras de su antecesor, Juan Alberto Belloch (PSOE) sigue teniendo unos tiempo de respuesta muy elevados: 81 días en 2016 y casi 73, con clara tenencia al alza, en los tres primeros meses de este año.
Los datos oficiales del Defensor del Pueblo indican que estos "alcaldes del cambio" no son un ejemplo de buenas prácticas. Todo por el pueblo, pero sin el pueblo.