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Iglesias y Echenique reciben un brutal palo desde Andalucía por culpa de un CIF

Todo por el control de las finanzas. Las relaciones entre la dirección estatal y la andaluza se han roto. Apunta a división total por cuestión económica, los censos y las listas electorales.

Pablo Iglesias, Teresa Rodríguez y Pablo Echenique, en una imagen de archivo.

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Después de la fractura con la formación en Cataluña, las negociaciones entre Podemos Andalucía y su dirección estatal para dotar de CIF propio al partido en la comunidad andaluza están a punto del fracaso. Tras los acelerados contactos que se vienen realizando, la dirección de Teresa Rodríguez considera que la oferta del secretario de Organización, Pablo Echenique, es “insuficiente” respecto a lo acordado por el consejo ciudadano andaluz.

Podemos en Andalucía quiere un partido libre de tutelas. Pide también autonomía total en las finanzas, control sobre su censo, capacidad para fijar alianzas o prioridades políticas y listas electorales. Pero sobre todo, y lo más importante: un CIF propio andaluz que le permita personalidad jurídica y fiscal propia. En las cuentas está la clave.

Los contactos con la dirección de Pablo Iglesias alejan un acuerdo, la brecha ha aumentado tras Vistalegre II. El 22 de marzo, Rodríguez auguró que “en días” el partido alcanzaría un acuerdo para tener “capacidad de financiación plena”, con la condición, eso sí, de destinar una parte de las finanzas a una “bolsa de solidaridad” entre territorios. La oferta de la cúpula estatal de Podemos ha quedado, tal y como asegura El Confidencial, muy por debajo de esta aspiración. El secretario de Organización, Pablo Echenique, de la corriente Anticapitalista de Teresa Rodríguez, choca con esta demanda y sólo llega a plantear una cesión de competencias pero no permite un traspaso pleno, explican fuentes del consejo ciudadano andaluz.

Pero como les hemos contado, lo más complicado es la reivindicación de un CIF propio. Algo igual a lo que ocurre con el PSOE andaluz de Susana Díaz y por debajo del modelo federado de Izquierda Unida. Pero Iglesias no quiere ni oír hablar de ello, lo descarta totalmente y "enciende" a la dirección andaluza de su partido.

Y es que esta autonomía frente a Madrid, fue una de las promesas como candidata a la secretaría general de Teresa Rodríguez en las primarias en las se impuso sin oposición alguna. El consejo ciudadano andaluz aprobó además por unanimidad una resolución en la que reivindicaba ante Vistalegre II “medidas concretas de descentralización y respeto a la autonomía de los territorios”.

Este fue el primero de los desencuentros con la nueva dirección saliente del cónclave. Pablo Iglesias aprobó finalmente un modelo de partido muy por debajo de las aspiraciones y de las promesas a los suyos de Rodríguez. La dirigente andaluza advirtió públicamente de que tenía “un imperativo de los inscritos” y pidió diálogo, a la vez que amenazaba de forma implícita con una ruptura unilateral: “Sí o sí lo vamos a aplicar”.

La marca Podemos, como tal, se va diluyendo entre el conglomerado de Círculos, Mareas y distintas agrupaciones locales y autonómicas.