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Histeria en el Gobierno y el PP por los pinchazos telefónicos del Caso Canal

Los ministro de Justicia e Interior están en el ojo del huracán, acusados de interceder por Ignacio González. Nadie entre los populares descarta más. Nadie pone la mano en el fuego por nadie

Catalá y Zoido ya están en el ojo del huracán. ¿Habrá más ministros?

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El fango del Canal de Isabel II sigue salpicando de lleno al Gobierno de Mariano Rajoy al más alto nivel por los contactos que el supuesto cabecilla de la trama, Ignacio González, tuvo o trató de tener con al menos dos ministros. Nada menos que los de Justicia e Interior.

Eso de momento. Porque ante los pinchazos telefónicos y el constante goteo de filtraciones del sumario de la Operación Lezo -teóricamente bajo secreto- nadie entre los populares descarta más. Y nadie pone la mano en el fuego por nadie.

En el Ejecutivo y en el partido se ha instalado una especie de histeria colectiva por ver quién es el siguiente.

Por lo pronto Rafael Catalá y Juan Ignacio Zoido se vieron este martes en el centro del huracán, acusados de interceder por González. O al menos de solidarizarse con él. Como si el Gobierno no tuviera bastante con intentar explicar por qué el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, recibió en su despacho a Pablo González, hermano del expresidente madrileño, a principios de marzo.

La doble deflagración se produjo en dos tiempos. Primero en el Ministerio de Justicia, cuando por la mañana se filtró un SMS que el ministro Catalá le envió a González en diciembre. Este último le felicitó por su ratificación como ministro y Catalá respondió: "Gracias Nacho. Un fuerte abrazo. Ojalá se cierren pronto los líos".

La ambigüedad del SMS se prestó durante todo el día a todo tipo de interpretaciones y fue suficiente para que la oposición le pidiera explicaciones en el Congreso. Catalá explicó que era un SMS de simple "cortesía" y con el "ojalá se cierren pronto los líos" se refería a la estabilidad política del país.

Según él, el expresidente madrileño jamás le pidió ayuda para sus asuntos judiciales.

Al cabo de unas horas se produjo la segunda detonación en el Ministerio del Interior, al conocerse que González pidió a Zoido reunirse con él y tomarse un café. Lo hizo también después de su nombramiento, cuando al parecer le llamó para felicitarle.

El encuentro no llegó a producirse, pero ello no disipa la sombra de la sospecha. Suficiente. Y todas las fuentes apuntan a que esto no ha hecho más que empezar.