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Rivera sueña alto tras el triunfo de Macron y da una nueva consigna a los suyos

El éxito del candidato centrista en Francia ha disparado la euforia en C's. Su líder ve avalada su decisión más arriesgada, la de apoyar al Gobierno. Ahora hay que marcar perfil propio.

Albert Rivera y varios miembros de su ejecutiva celebrando la victoria en Francia de Macron.

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Buena prueba de la sensación de euforia que la amplia victoria de Enmanuel Macron ha desatado en las filas de Ciudadanos es la frenética agenda de Albert Rivera en las últimas horas: café madrugador con Susanna Griso en Espejo Público, reunión de su Permanente con su propia e inhabitual comparecencia ante los periodistas -cita reservada desde el IV Asamblea de febrero a Inés Arrimadas o a su secretario general, José Manuel Villegas- y presentación por la tarde de un decálogo de medidas contra la corrupción, eje de su próxima estrategia de oposición en el Congreso de los Diputados.

"Os lo dije", vino a decir anoche Rivera a sus más fieles, tras conocer el escrutinio de las presidenciales francesas, según ha sabido ESdiario. Ese os lo dije estaba referido a la conversión de C's en una formación de centro liberal o "liberal progresista", que en febrero enterró el originario socialismo con el que se dio a conocer Ciudadanos en Cataluña hace algo más de tres años.

El éxito de Macron disipa las dudas que el reciente tránsito ideológico de Ciudadanos había provocado entre sus dirigentes.

Disipadas las dudas sobre el acierto o el error de la mudanza ideológica -que ha provocado notable polémica interna y no pocas deserciones en el partido naranja- Rivera está dispuesto a acelerar los tiempos y activar la segunda fase de su plan para convertir a C's en un partido de gobierno en 2019 -en el que accedería a los gobiernos autonómicos- y a él mismo en el Macron español. Los vientos en Europa soplan a favor y Rivera no quiere desaprovechar la oportunidad.

De momento, según relatan a este diario fuentes parlamentarias de Ciudadanos, Rivera ha dado una orden tajante a los suyos: "Ya hemos cumplido, ni agua al PP". Los Presupuestos Generales están encarrilados, las seis condiciones del acuerdo de investidura en marcha, llega la hora de marcar perfil propio. De momento, este mismo lunes, Rivera anunció el voto en contra de los suyos al acuerdo Rajoy-Ortuzar sobre el Cupo vasco.

Según los análisis internos que se hacen el la sede de la calle de Alcalá de Madrid, Ciudadanos está ante el momento decisivo para crecer. Por dos razones. Primera, Rivera cree llegado el momento de arrebatar a Podemos la bandera de la regeneración que Pablo Iglesias pretende monopolizar con su anunciada moción de censura.

Por ello, el líder naranja ha dado una instrucción a los suyos: emplearse a fondo y con toda la fiereza posible en la Comisión de Investigación de las finanzas del PP -la bautizada como comisión Bárcenas- que arranca este jueves en el Congreso y a la que está llamado el propio Rajoy.

En esta misma línea, Rivera presentó también este lunes su decálogo contra la corrupción en un acto denominado Encuentro ciudadano: una Justicia independiente para luchar contra la corrupción. Un plan que incluye reforzar las competencias y medios de Policía y Guardia Civil y garantizar la independencia de jueces y fiscales.

El "caladero" del PSOE, más accesible que nunca

Pero Rivera también ha explicado a los suyos las posibilidades de ensanchar su mercado electoral gracias a la batalla campal que protagoniza el PSOE. "Gane quien gane, las heridas son irreconciliables y habrá o purgas o deserciones", afirma un dirigente autonómico de C's. "Si vence Sánchez -añade- el voto moderado y urbano de sus profesionales liberales se acercará a nosotros, como ha sucedido en Francia".

Y es que en Ciudadanos se insiste en que, visto lo sucedido en Holanda, en Italia con la resurrección de Mateo Renzi, o en Francia, el perfil de un presidente como Mariano Rajoy se ha convertido en una anomalía en Europa donde irrumpe una nueva generación de dirigentes. Y el partido naranja da por herida de muerte la dicotomía izquierda-derecha.

Rivera lleva todo lo que va de legislatura buscando un relato pero, sobre todo, un cuerpo electoral que se encuentra en la clase media. Ha abanderado un ambicioso proyecto de ley para los autónomos y se ha convertido en la voz de las reivindicaciones de los militares y los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ahora trata de pescar entre jueces y fiscales, un colectivo tradicionalmente próximo al PP.

Mirando el éxito Macron, Rivera acelera en busca de lo que ahora parece lejano: ser el próximo inquilino del Palacio de La Moncloa. Pero tampoco nadie daba un euro hace unos meses por el próximo inquilino del Elíseo.

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