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Rajoy cambia el rumbo marcado por Soraya en Cataluña y pide mano dura

Ha decidido dar un giro de 180 grados a la estrategia del guante de seda desplegada por la vicepresidenta y endurecer el tono. Todo comenzó con una hábil filtración de La Moncloa.

Rajoy se vio este jueves por primera vez con Trump en la cumbre de la OTAN.

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Si no es por las buenas será por las malas, pero el Gobierno de España no va a permitir que el independentismo catalán se salga con la suya. Ese viene a ser el mensaje que, tanto directamente como a través de terceros, Mariano Rajoy está enviando a la opinión pública desde hace una semana.

El presidente ha decidido dar un giro de 180 grados a la estrategia seguida hasta ahora con Cataluña, la del buenismo desplegado por Soraya Sáenz de Santamaría, y endurecer el tono; en una operación política diseñada en los despachos nobles de La Moncloa.

La nueva estrategia de Rajoy está teniendo una gran acogida en el PP a todos los niveles

Y la operación está siendo muy bien recibida a todos los niveles en el PP, puesto que muchos populares habían llegado a la desesperación viendo los nulos resultados cosechados hasta ahora por la vicepresidenta. También entre los ministros se escuchaban cada vez más altas las opiniones de los partidarios de la contundencia. Ya no digamos entre la militancia y los votantes del partido.

Creyó Sáenz de Santamaría que hablando se entiende la gente y que su buena relación personal con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, allanarían el camino a un acuerdo. Se equivocaron, ella y Rajoy. Y él lo ha reconocido implícitamente.

El presidente sirvió el aperitivo de su nueva estrategia el viernes a última hora de la mañana: en la rueda de prensa del Consejo de Ministros se retó a Carles Puigdemont a que acuda al Congreso a defender su referéndum inconstitucional y a pedir el voto favorable a sus señorías.

Fue el lunes, no obstante, cuando Rajoy pisó el acelerador, aprovechando la presencia de Puigdemont en Madrid para dar una conferencia en la que, supuestamente, iba a hacer pública la fecha de la consulta.

Según ha podido saber ESdiario, el entorno del presidente del Gobierno filtró a El País el borrador de la Ley de Transitoriedad Jurídica que prepara la Generalitat de Cataluña, y según la cual si el Gobierno impide el referéndum, la también conocida como la ley de ruptura entrará en vigor de inmediato con una declaración de independencia unilateral.

Prisa cumplió su parte y el lunes abrió a toda portada con el bombazo. Esa mañana Rajoy presidió en la sede de Génova 13 dos reuniones. Una de su Comité Ejecutivo Nacional y otra más discreta de su comité de dirección.

En este último encuentro, según fuentes del mismo consultadas por este periódico, mostró su preocupación por el asunto catalán y trasladó a la cúpula del partido un mensaje de contundencia. Todos los presentes entendieron que había nuevas directrices. Fue su forma de tocar a rebato.

Él mismo se puso al frente del operativo, y de hecho esa mañana compareció desde Génova 13 (no es lo habitual) para mostrarse indignado con lo que tildó de "delirio jurídico" y "liquidación del Estado de Derecho". Por supuesto estaba todo preparado, porque el presidente conocía de antemano el documento. De un despacho no muy lejano al suyo había salido rumbo a El País.

"Golpe de Estado"

Poco después el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, y María Dolores de Cospedal ya hablaban de "golpe de Estado" para referirse a lo que prepara la Generalitat. A mayores, la propia ministra de Defensa prometió este jueves -después de una nueva portada de El País en ese sentido- que esta vez el Gobierno no dejará que haya urnas como en el 9-N.

La nueva estrategia de Rajoy, que pasa incluso por amenazar con la aplicación del famoso artículo 155 de la Constitución, ha pillado a los independentistas a contrapié. Están desconcertados. Por lo pronto Puigdemont se ha echado atrás y no ha anunciado la fecha del referéndum; de hecho ahora dice que no la tiene, ni tampoco la pregunta.

Y para rematar la semana, el presidente del Gobierno envió este jueves una carta al de la Generalitat en respuesta a una suya en la que le pide que impere la cordura: "Le invito a recuperar los planteamientos que, lejos de generar desencuentro y frustración, se ajusten al marco común de convivencia y respondan a las necesidades reales de los catalanes".

Esta vez el presidente del Gobierno va muy en serio, advierten desde su equipo. La moción de censura de Podemos ni le preocupa ni le ocupa. Cataluña, por contra, sí.