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Al independentismo le tiembla el pulso y entra en un momento crítico

Nada por aquí, nada por allá, ¿dónde están la fecha y la pregunta del referéndum? La enésima cumbre de los impulsores del "proceso" se salda con un nuevo aplazamiento de las decisiones.

Puigdemont, presidiendo la reunión de los partidos a favor del referéndum independentista.

Publicado por
J.R.V.

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La Generalitat amaga pero no da. Sigue mareando la perdiz. En una cita, la de este lunes, que se suponía decisiva para la confirmación de la fecha y la pregunta del referéndum ilegal de -supuestamente- septiembre, Carles Puigdemont volvió a desafiar al Gobierno pero, en realidad, se limitó a volver a emplazar a las fuerzas soberanistas a un nuevo plazo, los próximos 15 días.

Todo, tras una hora de reunión en la sede del Ejecutivo catalán con los partidos defensores del proceso y horas después de que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría acusara a Puidegmont de "jugar" con la consulta como "táctica electoral".

De hecho, para rebajar de nuevo las expectativas, el presidente catalán rehuyó comparecer ante los medios de comunicación y envió a su consejera portavoz, Neus Munté. Munté aseguró que fijar la fecha del referéndum es "imprescindible" pero se negó a confirmar cuándo Puigdemont lo hará. Por eso, limitó el contenido de la cumbre de este lunes a un "intercambio de opiniones", rebajando claramente las expectativas iniciales.

No ha sido un buen día para Puigdemont: Rajoy ganó un aliado en Sánchez y él perdió uno en Colau

"No hemos llegado a ninguna conclusión ni ningún acuerdo", explicó Munté, para reconocer que el Gobierno catalán no está "en condiciones" de fijar ya la fecha y la pregunta del referéndum, como reclamaron el fin de semana las entidades independentistas y sus socios de la CUP. Pero los partidos que sostienen Junts Pel Sí siguen enredados en un juego de promesas a sus bases conscientes de que la viabilidad de la consulta es nula.

De hecho, Munté sorprendió al afirmar ahora que la Generalitat no quiere dar por muerta la vía del diálogo, pero que "la realidad es muy tozuda" y es el Gobierno central el que no quiere. "No somos nosotros los que nos cerramos al diálogo y al pacto", apuntó.

En los últimos días, el radical golpe de timón que La Moncloa ha dado al dosier catalán ha desconcertado a Puigdemont. Primero, cuando el Gobierno le invitó a defender su proyecto en el Congreso, con el formato del Plan Ibarretxe. Desconcertado, en la presentación de su hoja de ruta en Madrid, el presidente catalán rehusó -como había anunciado previamente- confirmar la fecha de la consulta soberanista. Y rechazó, sin argumentar su negativa, la nueva oferta de diálogo de Rajoy.

Pero el presidente catalán tiene un problema añadido. Ha dejado además de controlar a las asociaciones que impulsaron el proceso y lo nutrieron de base social, la Asociación Nacional Catalana (ANC) y Omnium, que este fin de semana se plantaron y exigieron una fecha y una pregunta de forma inmediata para el referéndum. Una exigencia a la que se sumó la CUP, socio imprescindible de Junts Pel Sí. Por eso, el inquilino de la Generalitat se vio obligado a improvisar la cumbre de este lunes.

Además de la exhibición de firmeza que Rajoy protagonizó el pasado lunes en Génova, en su comparecencia ante los periodistas tras la reunión de su Comité Ejecutivo Nacional, Moncloa ha sumado un nuevo aliado: el PSOE de Pedro Sánchez, que este mismo lunes garantizó su apoyo al Gobierno.

Una unidad de acción que contrasta con la brecha abierta en las últimas horas en el frente soberanista. Los comunes, el partido de Ada Colau y Xavier Domenech, se huelen el inminente adelanto electoral como única salida viable de los dirigentes de la antigua Convergencia. Y por eso se han demarcado de la consulta y de la cita de este lunes.

Los aliados de Puigdemont, sumidos en el desconcierto

Junto a Puigdemont y en representación del Gobierno catalán también asistieron a la pretendida cumbre de este lunes el vicepresidente, Oriol Junqueras; el consejero de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, y la portavoz y titular de Presidencia, Neus Munté.

De los partidos proconsulta, asistieron la secretaria general de ERC, Marta Rovira; la coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal; el secretario general de Podem, Albano-Dante Fachin; el portavoz de Demòcrates, Antoni Castellà, y el presidente de MES, Alfons Palacios.

Además, en representación de la CUP acudieron la diputada Anna Gabriel y la dirigente Natàlia Sánchez; el líder de JxSí en el Parlament, Jordi Turull, y el diputado del mismo grupo Lluís Llach.

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