Puigdemont intentó endosar las urnas a algún empresario extranjero despistado
El Gobierno de Cataluña sabía lo difícil que le iba a resultar encontrar una empresa española que mordiera el anzuelo y se prestara a ser cómplice de un referéndum ilegal. Así que pensó y...
El fiasco ha sido mayúsculo. La Generalitat de Cataluña se ha visto obligada a declarar desierto el concurso que convocó en mayo para encontrar quien le suministrara las urnas del referéndum ilegal anunciado -que no convocado- para el 1 de octubre.
Solo se presentaron dos misteriosas empresas, cuyo nombre no ha querido desvelar el Govern de Carles Puigdemont. Que, por contra, se ha limitado a explicar que fueron rechazadas por "falta de solvencia económica".
Es evidente que las advertencias del Gobierno de Mariano Rajoy dirigidas a cualquiera que colabore activamente en una consulta contraria a la Constitución han surtido efecto, por más que sus promotores nieguen que haya tenido algo que ver.
"Es normal pero no es habitual", ha sostenido la portavoz al respecto del fiasco, Neus Munté, quien ha garantizado que habrá urnas, pero no ha aclarado cómo.
Que la Generalitat tenga un plan B es la mejor prueba de que Puigdemont y los suyos se temían que este concurso para el suministro de 8.000 urnas transparentes y otras 4.000 de cartón (eran dos lotes) pudiera acabar en fiasco.
Y vaya que se lo esperaban. Tanto que, conscientes de que en España les costaría mucho encontrar una empresa que quisiera ser cómplice de una ilegalidad manifiesta, abrieron el concurso a empresas extranjeras para ver si algún inocente empresario despistado picaba el anzuelo.
En los pliegos del mismo, a los que ha tenido acceso ESdiario, la Generalitat especifica (página 9 del pliego de prescripciones administrativas) que pueden participar empresas españolas, empresas de estados miembros de la Unión Europea y hasta empresas extranjeras.
Pero ni por ésas el independentismo consiguió una oferta seria. Ello tiene que ver con que la oposición al referéndum ilegal no se limita al Gobierno de España, sino que ha traspasado fronteras. La UE se ha declarado contraria en repetidas ocasiones y también Estados Unidos. La última vez en abril, cuando la embajada norteamericana difundió un comunicado abogando por una España "fuerte y unida".