Ermua: Alonso y Tororika se encaran con diputados de Bildu por su poca vergüenza
La presencia de varios de ellos en primera fila en un homenaje a Miguel Ángel Blanco, como si tal cosa, provocó el enfado del presidente del PP vasco y del alcalde socialista de la localidad
El 20 aniversario de la muerte de Miguel Ángel Blanco está provocando discusiones y rifirrafes políticos que a buen seguro no gustarían al joven concejal del PP de Ermua asesinado por ETA.
Después de que Manuela Carmena haya reculado y accedido a desplegar una pancarta en el Ayuntamiento de Madrid (no sobre la fachada, eso sí), la polémica este martes se ha trasladado a Ermua.
Allí varios centenares de personas se citaban por la mañana junto al monolito que recuerda a Blanco y a todas las víctimas del terrorismo (el primero que se construyó en el País Vasco) para honrar la memoria del joven.
Entre los asistentes a la ofrenda floral había vecinos, amigos, familiares y compañeros de Blanco, así como una nutrida representación de la clase política vasca. De toda ella.
Precisamente fue la presencia de varios responsables de Bildu, heredera de Batasuna, la que provocó un tremendo enfado de los populares. Y el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, no pudo por menos que quejarse cuando a pocos metros de él se percató de la presencia de Julen Arzuaga, diputado de Bildu en el Parlamento de Vitoria.
"Ha venido a blanquear su imagen", "sigue defendiendo las ideas por las que mataron a Miguel Ángel", protestó Alonso, que ya ha tenido sus más y sus menos en la Cámara vasca con Arzuaga. Este ha llegado a acusar al Gobierno de Mariano Rajoy de ser "sucesor directo del régimen franquista".
Pero es que Arzuaga no fue solo, sino que le acompañaban los también diputados de Bildu Maddalen Iriarte y Pello Urizar, además del juntero por Vizcaya Joseba Gezuraga.
También el alcalde de Ermua, el socialista Carlos Totorika, les plantó cara cuando vio que se colocaban en primera fila y durante su discurso pidió a ETA y a Batasuna que rompan con su pasado y renieguen de él.
Cabe recordar que si la tumba de Miguel Ángel Blanco no siguió en Ermua fue porque los proetarras no le dejaron descansar ni después de muerto y la profanaron varias veces, hasta que la familia decidió trasladar sus restos mortales a un pequeño pueblo de Orense, A Merca, de donde es su madre.