Felipe VI renuncia a reivindicar Gibraltar para no enfadar a los británicos
El Rey hizo una mención mínima y descafeinada al Peñón en su discurso ante el Parlamento del Reino Unido, ante el que varios diputados habían amenazado con protestar si iba demasiado lejos.
Gibraltar concitaba buena parte del morbo generado en torno a la visita de Estado de los Reyes al Reino Unido. Y más concretamente qué alusión haría Felipe VI al Peón, si es que lo hacía, durante su discurso en el Parlamento ante las cámaras de los Comunes y los Lores este miércoles por la tarde.
El Rey mencionó Gibraltar, pero de una forma lo suficientemente descafeinada y políticamente correcta como para no importunar a los diputados británicos, simplemente deseando llegar a una fórmula "aceptable" para todos.
Varios parlamentarios conservadores -el partido de Theresa May- habían llegado a amenazar con levantarse y marcharse del hemiciclo si Don Felipe iba demasiado lejos en su discurso en el asunto de la soberanía de Gibraltar. No les hizo falta.
El monarca reconoció que durante la relación "rica y fructífera" entre España y Gran Bretaña ha habido alejamientos, rivalidades y disputas", pero que la labor de los gobiernos y los ciudadanos ha conseguido "dejarlos en el pasado".
En ese punto añadió: "Estoy convencido de que esta determinación para resolver nuestras diferencias será aún mayor en el caso de Gibraltar, y confío en que a través del diálogo y el esfuerzo necesarios nuestros dos gobiernos serán capaces de trabajar por fórmulas que sean aceptables para todos los implicados".
Tanto Zarzuela como La Moncloa, que supervisa todos y cada uno de los discursos del Rey, han considerado que ésta no era ocasión para rivalizar por Gibraltar, ahora que las aguas están más calmadas después de las fricciones registradas el pasado mes de abril.
Entonces, a raíz del Brexit, la diplomacia española consiguió pactar con la UE lo siguiente: ningún acuerdo entre los Veintisiete y el Reino Unido, una vez que el país abandone el club comunitario, podrá aplicarse en Gibraltar sin un acuerdo previo entre el Reino Unido y España. Es decir, España tendrá derecho a veto.
Todo un jaque de España a May que escoció, y mucho, a los británicos.