El consejero "catalán 100%" que discrimina a los españoles es mitad ecuatoriano
Qué manía tienen políticos como Joaquim Forn, acomplejados porque no les adornan ocho apellidos catalanes, de hacer declaraciones racistas. Y resulta que hunde sus raíces en el lejano Quito.
El consejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, se cubrió de gloria el viernes por la noche al distinguir en TV3 entre víctimas españolas y catalanas del atentado de Las Ramblas, como si las segundas fueran superiores.
Forn habló textualmente de "dos personas catalanas y dos personas de nacionalidad española" entre los fallecidos, y aunque a priori el asunto pasó desapercibido, Societat Civil Catalana cayó en la cuenta y este sábado denunció tamaña discriminación a través de Twitter:
Durante toda la tarde su frase levantó una enorme polémica e infinidad de críticas hacia Forn por racista. ¿Se cree acaso miembro de una élite?
Pero lo más curioso es que Joaquim Forn, un independentista de toda la vida, no es en realidad un pata negra catalán. Es hijo de un barcelonés y de una ecuatoriana. De hecho parte de su familia materna reside en Ecuador, casi toda en Quito pero también en Guayaquil y Esmeraldas, según ha sabido ESdiario.
No es algo que vaya contando por ahí y mucho menos de lo que presuma. De hecho ha catalanizado su apellido porque Forn i Chiariello suena más auténtico que Forn Chariello. Aunque sus hermanas siguen decantándose por esta segunda fórmula, la real.
Forn no es el primer caso de político catalán que suple su falta de ocho apellidos catalanes con declaraciones discriminatorias y hasta racistas. Véase el ejemplo del alcalde de Blanes, el que comparó la visión que los catalanes tienen de España con la que tienen en Dinamarca sobre el Magreb.
Y resultó que Miquel Lupiáñez i Zapata es en realidad José Miguel Lupiáñez Zapata... y de un pueblo de Granada.