Desastre en el PSOE andaluz: Susana pierde 10 alcaldías por estar a otras cosas
Lo de la presidenta andaluza ya no es una mala racha, es una nube negra que no se le va de encima. Pedro Sánchez la tiene donde quería: recluida y más débil que nunca. Vaya inicio de curso.
Susana Díaz recibió este martes un palo terrible en su vuelta a la actividad política tras las vacaciones. Marbella, el segundo municipio más poblado de Málaga y el octavo de toda Andalucía, ha vuelto a manos del PP dos años después de que el socialista José Bernal se hiciera con el bastón de mando gracias a una alianza entre cuatro formaciones.
Bernal consiguió la Alcaldía en los despachos (fueron los populares quienes ganaron las elecciones de 2015) y en los despachos la ha perdido. Porque los dos concejales de Opción Sampedreña le han dado la espalda para pactar con el PP.
Enfadada por este nuevo golpe de una mala racha que no acaba, y debilitada como nunca, Díaz no ha podido hacer otra cosa que patalear en público por la pérdida. Y extender la sospecha de que detrás del acuerdo entre Ángeles Muñoz y Opción Sampedreña hay algo turbio.
Marbella eleva a 10 el número de alcaldías arrebatadas a Susana Díaz en los dos últimos años
Lo peor para la mujer que aspiró a dirigir el PSOE y que recibió la bofetada de la militancia como respuesta es que Marbella no es el único caso, sino que con la localidad malagueña son ya 10 las alcaldías que ha perdido el socialismo andaluz en los últimos dos años. Todo un zarpazo a su poder territorial mientras ella estaba a otras cosas, a cruzar Despeñaperros.
En Málaga, además de Marbella, a los socialistas les han arrebatado Pizarra, Cuevas del Becerro, Manilva y Rincón de la Victoria. En Cádiz, Jimena de la Frontera. En Córdoba, Obejo. En Huelva, Bollullos Par del Condado. En Granada, Los Guájares. Y en Jaén, Bégijar, a comienzos de agosto.
Y Marbella puede no ser la última si Ciudadanos decide finalmente retirar su apoyo al alcalde socialista de Granada, Francisco Cuenca, imputado por presuntos delitos de prevaricación, malversación y usurpación de funciones públicas durante su etapa como delegado provincial de Economía e Innovación y aun así mantenido por el partido de Albert Rivera.
Pedro Sánchez tiene a Susana Díaz como quería: recluida en sus cuarteles andaluces y en sus horas más bajo. Tanto es así que para mantener el control en los congresos provinciales que va a celebrar el PSOE de Andalucía ha tenido que recurrir a la treta de situar el listón del número de avales muy alto: para presentarse a las primarias los aspirantes deberán reunir el 20% de las firmas de los militantes.