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Forcadell cierra el micrófono al portavoz de C's cuando les estaba machacando

Vergüenza y bochorno en el Parlamento de Cataluña en la fecha señalada en rojo por el independentismo. Y chaparrón de críticas al sectarismo de su presidenta desde C's, PSOE y PP.

La presidenta del Parlament haciendo gala de su parcialidad una vez más.

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Una jornada etiquetada como "histórica" que ya a los pocos minutos derivó en una mascarada sin precedentes en el parlamentarismo de nuestro país. En el juego del gato y el ratón en que el secesionismo ha convertido el "procés", la Mesa del Parlamento de Cataluña admitió a trámite -a petición de Junts Pel Sí y la CUP- la Ley del Referéndum entre una bronca descomunal y el intento de mordaza a los portavoces de Ciudadanos, PP, PSC y Cataluña Sí que es Pot, que reclamaron a Carmen Forcadell la suspensión del pleno y la reconsideración de debatir y votar la iniciativa que oficializa la convocatoria del 1-O.

Tras la reunión de la Mesa, los acontecimientos se produjeron tal como estaba previsto. Apelando al artículo 81.3 de la Cámara catalana, la portavoz de Junts Pel Sí, Marta Rovira, exigió la alteración del orden de día para el debate y votación de la polémica Ley del Referéndum que enmarcó en el "derecho de autodeterminación de Cataluña". Acto seguido, la replicaron los portavoces de los partidos que se oponen a esta tramitación exprés.

Entre el bochorno de los constitucionalistas, Forcadell impidió argumentar a los portavoces de estas formaciones. Especialmente contundente fue el de Ciudadanos, Carles Carrizosa, que acusó a los secesionistas de "atropellar" los derechos de los catalanes y de "suplantar la voluntad de todos los catalanes por la de una parte de ellos". "Están ustedes injuriando y despreciando a esta Cámara", apostilló.

La presidenta del Parlament, que es tan permisiva con los tiempos de los oradores cuando le interesa, esta vez fue sumamente estricta y cerró el micrófono a Carrizosa y después al portavoz de Cataluña Sí que es Pot, Joan Coscubiella, cuando advirtió: "Esto no es democracia. ¿Son conscientes de que a partir de ahora todo el mundo que tenga mayoría en este Parlament puede saltarse las leyes y dejar en suspense los derechos del resto de grupos y de ciudadanos?". En esta misma línea se expresaron el socialista Ferran Pedret y el popular Alejandro Fernández.

Pero el momento más tenso se produjo cuando Forcadell impidió tomar la palabra a un miembro de la propia Mesa de la Cámara, su vicepresidente segundo, José María Espejo (C's). Fue entonces cuando la presidenta suspendió el Pleno y convocó la reunión de la Mesa y Junta de Portavoces de la Cámara. Mientras, la bronca continuó en los pasillos del Parlament.

Además, un informe de tres páginas firmado por el secretario general del Parlament, Xavier Muro, y el Letrado Mayor, Antoni Bayona, advierte a la Mesa de la posible incursión de un delito si se aprueban las leyes del Referéndum y de Transitoriedad. El informe, al que ha tenido acceso La Vanguardia, insiste que las leyes de la desconexión están íntimamente relacionadas con las resoluciones del Parlament suspendidas o anuladas por el Tribunal Constitucional. Por ello, la admisión a trámite y posterior votación de ambos textos “puede dar lugar a la exigencia de responsabilidades penales advertidas en las resoluciones.

De hecho, el secretario general se negó a firmar la publicación de la polémica proposición de Ley en el Boletín Oficial del Parlamento y lo hicieron los propios representantes de Junts Pel Sí en la Mesa, algo que a juicio del PSC es ilegal. Los socialistas denunciaron que Forcadell se negó a encargar informes y no dejó que los letrados expusieran su posición.

Y es que, previamente, a primera hora de la mañana, la Mesa había admitido a trámite este miércoles la Ley del Referéndum impulsada por JxSí y la CUP para amparar la consulta ilegal. La ley del referéndum fue registrada el 31 de julio, pero no se había tramitado aunque la Mesa se había reunido cuatro veces.

Otra maniobra dilatoria

Por otra parte, en lo que muchos consideran una nueva maniobra dilatoria, la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, presentó este miércoles un escrito ante el Tribunal Constitucional que pide recusar a todos sus magistrados por "falta de imparcialidad" y reclama que paralicen cualquier acción penal contra ella o el Parlament por la tramitación de iniciativas relacionadas con el referéndum previsto para el 1 de octubre.

Según fuentes parlamentarias, la iniciativa de Forcadell "pretende paralizar cualquier procedimiento de excepción que pudiera plantearse el TC hacia el Parlament o las funciones de la presidenta". La iniciativa se ha conocido durante la reunión de la Mesa del Parlament.