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El silencio impuesto del Rey Felipe sobre Cataluña azuza el fuego político

El inquilino de La Zarzuela sigue fiel a su estricto papel constitucional de neutralidad, pese al recrudecimiento del desafío de la Generalitat. Pero, entre líneas, ha hablado claro.

El Rey, este martes, junto al fiscal general, el presidente del Supremo y el ministro de Justicia.

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Sin duda, ésta ha sido una de las semanas más vertiginosas de la historia reciente de la política española. Casi todos los analistas y la mayoría de los líderes políticos coinciden en que los acontecimientos ocurridos en estos tres últimos días en Cataluña han supuesto el desafío más grave a la democracia española desde el intento de golpe de Estado del 23-F. Por ello, y así lo han reflejado muchos ciudadanos a través de las redes sociales, algunos han echado en falta una voz: la del jefe del Estado, el Rey Felipe VI.

Una cita acaparaba toda la expectación. A expensas de que el Parlamento de Cataluña tramitara y aprobara la Ley del Referéndum, que iba a oficializar el órdago secesionista de la Generalitat al Estado -como finalmente ocurrió-, todas las miradas estaban puestas el martes en el solemne acto de Apertura del Año Judicial, que el Rey Felipe VI presidió en la sede del Tribunal Supremo.

Y es que esta cita anual con el Poder Judicial reunió al presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes; al fiscal general del Estado, José Manuel Maza; y al ministro de Justicia, Rafael Catalá. Y, en calidad de invitados, a los magistrados del Tribunal Constitucional, con su presidente, Juan José González Rivas, a la cabeza.

Como es preceptivo en este acto, el Jefe del Estado se limitó a presidir la ceremonia, en la que sí pronunciaron sendos discursos tanto Lesmes como Maza. Como era de esperar, la consulta ilegal que pretende celebrar Carles Puigdemont el 1 de Octubre centró las intervenciones de ambos.

"Nadie sufrirá por cumplir la ley", enfatizó el presidente del Supremo, que calificó de "inaceptable" el órdago secesionista. "Frente a la sinrazón de quienes se sitúan al margen de la Ley no caben vacilaciones", advirtió el máximo responsable del Ministerio Público.

La última vez que el Monarca habló todo lo claro que pudo fue en julio, durante los actos del 25 aniversario de la Olimpiada de Barcelona.

Algunos asistentes al acto, entre ellos algún representante de la nueva política, se lamentaba después del silencio del Rey, desconocedor del protocolo del Poder Judicial. Pero algunas fuentes del frente constitucionalista consultadas por ESdiario entienden que muchos españoles echen de menos en estos días próximos al 1-O un mensaje mucho más nítido contra el desafío catalán del inquilino del Palacio de La Zarzuela. Y aún más, tras el bochorno que Felipe VI tuvo que soportar estoicamente durante la manifestación en Barcelona tras los atentados del 17 de agosto en Las Ramblas.

Estas mismas fuentes recuerdan además el compromiso indudable del Rey con los catalanes. De esta forma, en lo que va de año, el Monarca ha asistido en más de media docena de ocasiones a Cataluña, compartiendo visita en todas las ocasiones con los líderes de la ofensiva rupturista, tanto Puigdemont como Oriol Junqueras.

El Monarca, que junto a su equipo decidió la pasada semana liberar su agenda fuera de Madrid, ha mantenido "diversas y permanentes" conversaciones con el presidente del Gobierno. Y como confirman a ESdiario fuentes de La Zarzuela ha permanecido informado "minuto a minuto" de lo que sucedía en el pleno del Parlamento de Cataluña y de las decisiones siguientes del Consejo de Ministros.

El único alto en la agenda real se produjo el jueves en una recepción con altos mandos militares. Son audiencias en el Palacio Real que se celebran periódicamente y que son habituales al inicio del curso político, algunas con cobertura pública y otras privadas. Así, Felipe VI recibió a un total de 15 generales de brigada y contraalmirantes, de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil.

Lo cierto es que a Felipe VI no se le puede reprochar haber sido ambiguo sobre el mayor reto constitucional de España desde el fallido golpe del 23-F. Sin embargo, el perfil neutral y moderador de la Corona le ha impedido bajar al barro en los momentos más difíciles del "procés". La última vez que se pronunció, y fue todo lo claro que pudo, fue el pasado mes de julio, durante los actos del 25 aniversario de la Olimpiada de Barcelona.

Felipe VI no "borbonea", ironiza un dirigente del PP, que elogia el estricto ajuste del Rey a su papel constitucional

Y así lo ha hecho, clamando por la fortaleza de la unidad y la convivencia, en todas y cada una de sus visitas a Cataluña. En el Palacio de la Zarzuela, según se confirma a este diario, se apela al "escrupuloso" mandato constitucional del Rey y a esa obligada "neutralidad institucional". Pero, a la vez, se admite que los españoles pueden estar esperando un posicionamiento más contundente que Felipe VI, simplemente, no puede hacer en esta recta final del "procés".

Sin embargo, la presencia este martes del Rey junto a los máximos responsables del Poder Judicial no es más que un aval del Jefe del Estado a la estrategia del Gobierno y de la legalidad del Estado, la misma hoja de ruta que el propio Mariano Rajoy le avanzó en su despacho estival en el Palacio de Marivent el pasado 7 de agosto.

Por el momento, el presidente del Gobierno ha revalidado esta semana el apoyo -parece que sin fisuras- de Pedro Sánchez y Albert Rivera. El líder del PSOE ha reiterado que "ante un hecho ilegal, el Estado debe garantizar la legalidad". El de Ciudadanos también ha cerrado filas con el Ejecutivo.

Todos ellos saben que el Rey, pese a algunos recelos comprensibles, está cumpliendo su papel. Y es que Felipe VI no "borbonea", como dice un dirigente del PP. Pese a que algunos estén echando de menos ese "borboneo" que tanto practicó Juan Carlos I.