Un análisis interno de los Mossos sobre los atentados destroza a Puigdemont
Falta de emisoras, vehículos deteriorados, turno de 12 horas... grave denuncia que deja en evidencia a la Generalitat, más pendiente de la independencia que de la seguridad de los catalanes.
Los atentados de Barcelona y Cambrils del pasado mes de agosto pusieron en boca de medio mundo la labor policial de los Mossos d' Esquadra. Su actuación, tal y comoles ha venido informando puntualmente ESdiario, ha suscitado un importante número de valoraciones periodísticas, políticas pero también policiales tras desatarse una tormenta entre Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil a raíz de la nula colaboración del cuerpo autonómico con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. A la falta de coordinación se unía la aparente falta de información entre las distintas policías.
Semanas después vamos conociendo otros detalles fruto del análisis de las actuaciones ya con la calma que permite el tiempo transcurrido. Al margen de la tormenta política entre Generalitat y Gobierno central, cuerpos policiales o condecoraciones, hay una realidad más cercana que conocen bien los protagonistas en primera persona, los Mossos, que han elaborado varios informes con las precariedad y carencias que se pusieron de manifiesto tras los atentados, cuando prácticamente toda la plantilla tuvo que ponerse operativa.
Así, mandos intermedios de los Mossos d' Esquadra y también los propios agentes han detectado y denunciado en informes importantes fallos durante la ejecución del dispositivo Cronos, lo que entendemos hasta ahora como operación Jaula, que no es otra cosa que el despliegue policial para dar con los terroristas y poder detenerles o neutralizarlos en poco espacio de tiempo.
Según ha podido saber ESdiario, el sindicato mayoritario del cuerpo autonómico, Sindicat de Policies de Catalunya (SPC) ya una vez transcurridos las unos días del atentado y se hubo detenido al único terrorista que en apariencia quedaba libre, emitió una sugerencia los agentes de los Mossos para que elaboraran un primer listado con los posibles fallos detectados en todo el operativo policial. Un informe que se ha ido confeccionando y que ha sido remitido a los responsables sindicales también con sugerencias de los propios agentes para evitar que vuelvan a producirse errores en un futuro.
En una lectura rápida de estos documentos, hay una queja generalizada que hace referencia a la necesidad de ampliar las plantillas de los Mossos. Esta aparente falta de efectivos supuso -según las mujeronas quejas- que los agentes completasen inagotables jornadas de trabajo en vigilancias, controles o patrullas de más de 12 horas.
Y así lo han denunciado a sus superiores desde el señalado Sindicat de Policies de Catalunya. Aunque la circunstancia "excepcional" de un atentado fuerza a los agentes a prolongar su jornada laboral, lo cierto es que numerosos apuntes en los informes denuncian que ni siquiera tuvieron relevos cortos para tomar los necesarios breves descansos durante la jornada laboral, más aún si es maratoniana (como las vividas esos días), "no pudimos ni ir al baño", constatan algunos agentes que además ponen especial énfasis en el "cansancio que afecta al rendimiento y concentración en un tema tan delicado y con riesgo para la integridad física de los agentes y ciudadanos.
Medios precarios
Pero mientras el president, Carles Puigdemont, el resto de su Gover e incluso el Mayor Trapero parecen más preocupados en el referéndum de independencia que en la propia seguridad de los catalanes, en un importante número de comisarías de los Mossos sus medios resultaron "insuficientes, inadecuados y precarios" para un dispositivo de estas características. Los agentes han informado de la falta de vehículos policiales, muchos de ellos en mal estado mecánico y algo fundamental y clave: falta de emisoras de radio para la comunicación y coordinación de las patrullas policiales que estaban en las calles en plena tarea de búsqueda del terrorista o terroristas fugados.
Según las mismas fuentes consultadas por ESdiario, el informe interno con el rosario de errores ya está en manos del Departament de Interior de la Generalitat catalana.