Puigdemont y Junqueras provocan a Rajoy para que envíe la Policía a sus mítines

Noqueados aún por la demostración de fuerza del aparato del Estado en las últimas horas en defensa de la legalidad, los independentistas trataron de insuflar fuerza y moral este jueves a sus bases con un acto de envergadura -pero prohibido-, el supuesto arranque de la campaña para el referéndum del 1-O. Ni el lugar elegido ni la puesta en escena fue casual, Puigdemont y Junqueras eligieron una capital, Tarragona, que gobierna el PSC desde hace una década y que desde el principio puso pie en pared frente a la consulta ilegal.

¿Y las formas?: Pues la cúpula ideológica del procés y los líderes de los movimientos sociales que han movilizado la calle en los últimos años estuvieron arropando a su número uno. Así, como teloneros del presidente de la Generalitat y de su vicepresidente, tomaron la palabra la portavoz parlamentaria de Junts Pel Sí y portavoz de ERC, Marta Rovira, la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, y el portavoz del secretariado nacional de la CUP, Quim Arrufat. Junto a ellos, subieron al escenario la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia, Neus Lloveras; y los presidentes de la ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.

Además, dado que en ésta guerra de nervios parece valer todo, los organizadores del acto difundieron en grandes pantallas de vídeo imágenes del Mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, recibidas con grandes aplausos de los asistentes. Peor parado salió el ausente alcalde de Tarragona, el socialista José Félix Ballesteros, al que dedicaron gritos de "¡Ballesteros, dimisión!".

Todas las intervenciones y las distintas perfomances tuvieron un claro tinte provocador, como en este momento en que los asistentes ironizaron sobre la ubicación de las urnas y las papeletas:

Colau garantiza la consulta en Barcelona sin responsabilidades legales para sus funcionarios. Pero no aclara como lo hará.

Al acto llegaron los lideres del 1-O con un significativo refuerzo moral. El inconcreto anuncio que Ada Colau hizo a través de las redes sociales: se podrá votar en Barcelona sin poner en peligro a los funcionarios, pese a que apenas una hora antes, el secretario municipal había advertido de que la cesión de locales públicos es ilegal.

Guante que recogió de inmediato y por la misma vía de Twitter, el propio Puigdemont.

Ya ante las cerca de 8.000 personas que según los organizadores poblaron el Tarraco Arena y pese a la advertencia de la Delegación del Gobierno del carácter ilegal del acto, Puigdemont tomó la palabra para sacar pecho de su desafío. "Dijeron que este acto no lo haríamos, pero lo hemos hecho. Y por la gente que hay fuera, lo podríamos hacer dos veces", presumió.

"Nos dicen que el 1 de octubre no votaremos. ¿Qué creéis que pasará el 1 de octubre? Claro que votaremos. ¿Alguien cree que el 1 de octubre no votaremos? ¿Qué tipo de gente se piensan que somos los catalanes? En Catalunya somos demócratas", recalcó.

Previamente, Junqueras había sentenciado: "Ya hemos ganado aunque ellos todavía no lo saben. Ahora lo que nos queda es ganar, ganar y volver a ganar. Ganar siempre".

Decenas de personas con banderas esteladas esperan para acceder al Tarraco Arena de Tarragona al "acto de apertura" de la campaña del 1-O.

Horas antes de la hora prevista para el inicio del acto, la Delegación del Gobierno comunicó a los responsables del Tarraco Arena que acoger este supuesto inicio de campaña del referéndum del 1 de octubre es "ilegal". Fuentes de la Delegación del Gobierno revelaron que así lo trasladó la noche del miércoles el subdelegado en Tarragona, Jordi Sierra. El edificio de la Tarraco Arena Plaza es propiedad de la Diputación de Tarragona, pero su actividad la gestiona la empresa privada Agencia de Publicitat Internacional Catalana.

Nueva batería de medidas

Este jueves la Generalitat y los promotores del procés recibieron nuevas noticias desde los distintos organismos del Estado. El Constitucional anunció una querella contra los miembros de la llamada Sindicatura Electoral, la improvisada Junta Electoral para garantizar la consulta, y la Fiscalía hizo lo propio contra la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia, Neus Lloveras, por seguir promocionando el 1-O.

Por otro lado, Correos cursó instrucciones a los directores de todas sus oficinas en Cataluña en las que les ordena que no tramiten ni envíen ningún documento relacionado con el referéndum ilegal, material que la Generalitat está intentando hacer llegar a los domicilios de los catalanes.

Y la Guardia Civil, mientras se llevaba a cabo el acto a favor del "SÍ" en Tarragona, se personó a las puertas de tres imprentas de un polígono de Sant Feliu de Llobregat.

Junqueras se rebela contra Montoro: no habrá más justificaciones semanales ante Madrid de los gastos del Govern

La respuesta de la Generalitat a otra jornada de malas noticias llegó en forma de nueva desobediencia. Oriol Junqueras remitió una carta al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el que le comunica que se niega a seguir justificando semanalmente los gastos del Govern. "Es un control político", se justificó el número dos de la administración catalana. La respuesta de Hacienda no se hizo esperar: el Consejo de Ministros dará luz verde a nuevas medidas para estrechar aún más la vigilancia de las arcas públicas de Cataluña.

Un nuevo parte de guerra este, que, parece claro, precederá a otro que llegará este mismo viernes.