La mentira de la anciana expulsada de un avión por hablar catalán hunde a TV3
El independentismo sigue difundiendo todo tipo de bulos para alimentar su victimismo, con ayuda de la cadena pública. Pero esta vez más de uno han quedado en ridículo, Puigdemont el primero.
De la farsante de los dedos rotos a la pobre anciana expulsada de un avión por hablar catalán. Y una segunda por salir en su defensa.
El independentismo ha encontrado nueva munición para el victimismo en un supuesto caso de catalanofobia del que TV3 y hasta el propio Carlos Puigdemont se han hecho eco y que al final no ha resultado ser tal.
Como no fue tal la paliza que presuntamente recibió la simpatizante de ERC el día del referéndum ilegal. Como tampoco lo fue el caso de las septuagenarias al parecer arrastradas por los antidisturbios de la Policía y Guardia Civil. Todo, como se comprobó después, bulos.
Los hechos ocurrieron el sábado, cuando supuestamente dos mujeres fueron expulsadas de un avión de la compañía Vueling por el delito de referirse a la tripulación de cabina en catalán y no en castellano.
La noticia la reveló el lunes el Diario de Menorca, según el cual el capitán prohibió a ambas viajar en un vuelo entre Barcelona y la isla por negarse una de ellas a contestar a una azafata en castellano. El periódico únicamente citaba el testimonio de una de las afectadas, Margarita Camps, según la cual la azafata se le puso chula y le ordenó hablar en español.
Otra pasajera de 59 años que pasaba por ahí salió en su defensa y dijo: "Usted ha perdido el respeto a esta clienta. Debe entender el catalán, hacemos un vuelo de Barcelona a Menorca". El -supuesto- resultado: ambas salieron a la plataforma de acceso del avión y el capitán, acompañado por una pareja de la Guardia Civil, les dijo que habían faltado al respeto a la azafata y que deberían bajar del avión.
Prendida la mecha, el asunto ha circulando por las webs y foros del independentismo como la pólvora durante las últimas 24 horas. Y este martes el programa de TV3 Els Matins entrevistó a la tal Margarita, de 72 años. Y eso que la televisión pública sabe que tiene detrás al PP y Ciudadanos vigilantes con su programación:
Algunos de los dirigentes del secesionismo, como la expresidenta del Parlament Nuria de Gispert, pusieron el grito en el cielo y llegaron a exigir el boicot a Vueling.
Incluso Puigdemont se refirió al asunto relacionando el presunto incidente con la aplicación del artículo 155. "Después de 155 una ola autoritaria crece día a día. Expulsar a alguien de un avión por el idioma que habla es injustificable", denunció el expresident en su cuenta de Twitter.
Más lejos fue el eurodiputado del PDeCAT, Ramón Tremosa, que anunció que había llevado el asunto al Parlamento Europeo.
La versión de la compañía y el resto de pasajeros
Sin embargo, la historia ha resultado no ser tal. En las últimas horas siguen llegando testimonios de decenas de pasajeros que también iban en ese vuelo y se han puesto en contacto con el Diario de Menorca para desmentir la versión de la pobre anciana.
Por ejemplo, Esperança Arbau viajaba en las primeras filas junto a su marido y escuchó gritos en el fondo del avión aunque no entendió el motivo. Luego "salió una mujer de unos 50 años gritando en castellano ¡nos sacan del avión!", cuando ya les estaba esperando una pareja de la Guardia Civil. Cuando el piloto explicó por megafonía que se faltó al respeto a una azafata asturiana que no sabía catalán "todos los pasajeros del avión, que iba lleno, aplaudieron al piloto. No entiendo como la gente puede ser tan fanática del idioma, solo porque sino se habla en catalán, todos nos podemos entender en castellano".
No obstante la compañía sigue manteniendo la cautela de momento. "Lamentamos los inconvenientes a nuestros pasajeros. Todas las tripulaciones de avión con base en Barcelona hablan catalán. Estamos investigando que ha sucedido parta poder responder a través de los canales oficiales", informa Vueling en sus redes sociales.
Y todo cuando se ha confirmado y ha llegado a Bruselas el papel de Rusia y del fundador de Wikilieaks, Julián Assange, en la campaña de intoxicación puesta en marcha por el independentismo en el tramo final del procés. Un papel que ya está sobre la mesa de los ministros de Exteriores y Defensa de la Unión Europea.