Catástrofe en Barcelona: la Agencia del Medicamento huye de Colau y del procés
La Ciudad Condal ha sido eliminada en la primera ronda. Se queda sin una inversión millonaria y sin miles de puestos de trabajo por culpa del sectarismo de sus gobernantes.
Ni siquiera ha pasado el primer corte. Eliminada en la primera ronda.
Los catalanes han pagado este lunes, y a un elevadísimo coste, el desafío ilegal independentista, los insultos de Carles Puigdemont a las principales autoridades de la Unión Europea y las veleidades de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con el separatismo, frente a los intereses de sus conciudadanos y a la defensa de la legalidad y del marco constitucional.
En juego estaba la ubicación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en la Ciudad Condal. La EMA, radicada hasta ahora en Londres, abandona el Reino Unido a consecuencia del Brexit y Bruselas decidía este lunes su nuevo destino. La elegida finalmente: Amsterdam.
Se da la circunstancia de que, cuando en 1992 se decidió que este organismo europeo viajara hacia la capital británica, Barcelona fue la otra gran favorita. Y por eso, hasta hace solo unos meses, la capital catalana estaba a la cabeza de todas las preferencias comunitarias.
El procés enturbió esas opciones y pese al golpe letal del secesionismo a la candidatura, el Gobierno central ha multiplicado en las últimas semanas sus gestiones bilaterales y multilaterales con el resto de los socios de la UE para defender la vuelta de la normalidad en Cataluña. De hecho, ya con la amenaza del referéndum ilegal del 1-O, la ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, viajó a Bruselas para defender las aspiraciones de Barcelona. Y lo hizo junto al entonces consejero de Salud de la Generalitat, Toni Comín, ahora fugado a Bélgica.
Los esfuerzos diplomáticos han sido baldíos. Ni siquiera con la aplicación del 155 y el cese fulminante del Govern sedicioso. El daño estaba hecho. Y el propio Puigdemont ha boicoteado esos esfuerzos -con sus ataques a Rajoy, a Juncker, a Donald Tusk, a Merkel y a Macrón- y Colau tampoco ha contribuido al éxito de la misión. El Gobierno se quedo solo a nivel institucional en este asunto. Prueba de ello: ni siquiera ha viajado este lunes a la capital europea delegando en su número dos, Gerardo Pissarello.
La ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, este lunes en Bruselas liderando el esfuerzo final en favor de Barcelona.
La Agencia Europea del Medicamento es el organismo europeo que decide si un fármaco puede comercializarse o no en los países miembros de la Unión, y en Islandia, Noruega y Liechtenstein.
Cada firma farmacéutica que quiere distribuir un medicamento tiene que exigir el certificado de esta agencia, que también supervisa a través de sus comités científicos que esos medicamentos siguen siendo seguros a medida que pasan los años. Barcelona era la candidata lógica. Tiene más de 230 laboratorios farmacéuticos y es el principal polo de investigación biomédica del sur de Europa.
¿Qué pierden los catalanes?
Este brutal jarro de agua fría por culpa de los vaivenes del independentismo tiene unas cifras demoledoras. Según los propios cálculos de la patronal farmacéutica, la EMA iba a generar entre 4.000 y 5.000 trabajos indirectos, al margen de casi 1.000 funcionarios que deberían mudarse a Barcelona para conservar su puesto.
Además, hubiera tenido un impacto decisivo en el turismo. La agencia recibe unas 36.000 visitas de expertos al año y organiza diferentes congresos internacionales de alto nivel. Desde el Ministerio de Sanidad estimaban unas 30.000 pernoctaciones al año y la puesta en marcha de nuevos negocios con expertos del más alto nivel técnico porque este organismo europeo cuenta con 1.600 proveedores.
Reacciones
La ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, reconoció que el fracaso de Barcelona es una "noticia muy triste" y culpó al independentismo de ella.
La noticia llegada desde Bruselas provocó también las reacciones inmediatas de la clase política catalana, inmersa ya en la precampaña del 21-D. El candidato del PP, Xavier García Albiol, ha lamentado que haya habido "políticos insultando al resto de España y a las autoridades europeas".
Mismo argumento utilizado por su compañero de partido y vicesecretario de Acción Sectorial, Javier Maroto:
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, ha afirmado que Barcelona "era una gran candidata" y ha añadido que "la estabilidad y la unidad son un valor hoy más que nunca".
"Barcelona era una gran candidata para EMA. Pero esto no nos va a detener, seguiremos trabajando para mejorar cada día nuestro país. La estabilidad y la unidad son un valor hoy más que nunca", ha dicho Dastis.
"Qué rabia que el golpe separatista nos deje a los barceloneses y a España sin esta sede europea. Paremos esta ruina", se ha lamentado también el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
Pero quien ha rizado el rizo ha sido el propio Carles Puigdemont, que ha culpado del fracaso de Barcelona al Gobierno y a la aplicación del artículo 155: