La UE borra la sonrisa a los independentistas de un plumazo y agua su fiesta
Cuando Carles Puigdemont y los suyos estaban saboreando el éxito de haber reunido a 45.000 manifestantes en el corazón de Europa para clamar por la independencia, llegó la dura realidad.
Europa ha vuelto a cerrar la puerta a cualquier tipo de aspiración independentista. Este jueves los manifestantes no pudieron pasar por delante de las instituciones europeas. Bruselas lo volvió a repetir: cumplir la ley es lo primero.
La tranquilidad de la capital belga se vio alterada por la manifestación independentista. Según la Policía Local 45.000 personas recorrieron las calles del centro, una cifra que sorprendió hasta los propios organizadores, ANC y Òmnium Cultural.
Los manifestantes llegaron en autobuses, vuelos chárter y en sus coches particulares. "Siempre que nos convocan, vamos" decía un matrimonio mayor que llegó a Bruselas con su vehículo un par de días antes. Las imágenes de familias con esteladas y niños con su casco en lo alto de los castellers fueron habituales a lo largo de la mañana.
La manifestación transcurrió sin incidentes, pero sus organizadores no pudieron hacer el recorrido que les hubiera gustado. Querían que la marcha atravesara la zona de Schumann, donde están las principales instituciones europeas, pero la Policía se negó a que discurriera por ese punto.
Sin duda alguna, ésta era una de las claves, ya que con el lema de la manifestación Wake Up! Let's stand up for democracy (Despierta, álzate por la democracia) querían poner de relieve que el independentismo catalán es un asunto europeo.
Durante la marcha se vieron fotografías de los principales responsables de las instituciones europeas, como Jean Claude Juncker -presidente de la Comisión Europea- y Antonio Tajani -de la Eurocámara-, a los que pedían ayuda para solucionar un tema que consideran internacional.
Una hora después del inicio de la manifestación, los independentistas ya tenían respuesta de Europa. Aunque no la que querían oír
Lo único que recibieron fue un nuevo jarro de agua fría que llegó tan solo una hora después del inicio de la manifestación. El vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, recordó que "si uno no está de acuerdo con la ley puede cuestionarla y organizarse para cambiarla. Lo que no es permisible en un Estado de Derecho es simplemente ignorar la ley".
De esta manera Europa ha vuelto a cerrar la puerta a cualquier aspiración independentista en Cataluña. Bruselas lo ha dejado claro una vez más consciente incluso de la cantidad de manifestantes que había este jueves en las calles de la capital comunitaria. "El respeto al Estado de Derecho, han dicho en muchas ocasiones, no es una opción, es una obligación en Europa".
Bruselas recupera poco a poco la normalidad. Estos días seguiremos rozando los cero grados y con esa lluvia desagradable que hace de la ciudad un lugar especial. Las esteladas se vuelven a Cataluña y de nuevo Carles Puigdemont y sus cuatro exconsellers se quedan solos en Bélgica, atrapados y, como han reconocido, sin ninguna intención de volver a España. Quizás por eso gritaban tan fuerte durante la manifestación.
Gabriel Rufián, Marta Rovira, Artur Mas y Francesc Homs están de regreso, mientras ellos se quedan en medio del frío de Bruselas con la esperanza de volver a tener cerca el calor del independentismo.