Rodrigo Lanza miente a la juez y acaba preso: el informe forense es su ruina
El agresor confeso de Víctor Laínez ha declarado que actuó en legítima defensa porque la víctima sacó una navaja y se tiró a por él gritando "sudaca de mierda". Su versión no encaja.
Rodrigo Lanza ha quedado en prisión provisional sin fianza tras declarar ante la juez del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, acusado de un asesinato de odio, cometido "por la espalda y sin posibilidad alguna de defensa" para su víctima, según la magistrada.
Lanza dio una versión ante el tribunal que ésta no se creyó en absoluto porque choca del todo con la ofrecida por los testigos y con la autopsia.
Según él agredió a Víctor Laínez en legítima defensa, después de que éste sacara una navaja y se tirara a por él al grito de "sudaca de mierda".
Curiosamente eso mismo, racismo, fue lo que esgrimió el acusado cuando fue encontrado culpable de dejar tetrapléjico a un guardia urbano de Barcelona durante un desalojo.
Entonces denunció que fue torturado primero por la Guardia Urbana, que le golpeó y le gritó "sudaca de mierda" y "Pinochet os tenía que haber matado a todos".
Por contra, según la clientela y el dueño del bar El Tocadiscos, el presunto asesino se encaró dentro del local con el fallecido porque llevaba unos tirantes con la bandera de España y le llamó "facha" y "fascista". Después le siguió a la calle y le golpeó hasta dejarlo moribundo.
De hecho el informe forense, conocido este jueves, es muy contundente. Víctor “sufrió agresiones de gran intensidad traumática, tanto en la parte posterior como anterior de la cabeza”.
Porque, tras atacar ser atacado por la espalda con un objeto contundente, su agresor siguió propinándole puñetazos y patadas con ensañamiento cuando estaba en el suelo. Tan fuerte que perdió masa encefálica.