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Rajoy convierte Madrid en un infierno para Carmena hasta que explote y se vaya

El pacto que ambos suscribieron hace unos días es una jugada maestra del presidente con toda la intención electoral: quiere que la alcaldesa no repita y recuperar el Ayuntamiento en 2019.

Manuela Carmena y su edil cesado, Carlos Sánchez Mato.

Publicado por
Carlos Dávila

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Hay pactos en la sombra, increíbles en puridad, subterráneos, de los que nadie parece enterarse. Por ejemplo éste: la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, acordó hace muy escasos días con el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la no intervención de las cuentas de su Corporación a cambio de aceptar el Plan Económico y Financiero que había propuesto el ministro de Hacienda del Gobierno de España.

El pacto dejaba fuera de juego, absolutamente descalificado, al concejal Carlos Sánchez Mato y abría una crisis, abre una crisis, que no ha hecho más que comenzar. Por lo pronto, Carmena ya ha destituido a Sánchez Mato y a dos concejales más de su grupo, pero quedan otros seis porque o cambia mucho la situación, o estos seis ediles conformarán con Mato un grupo disidente cuyo destino es pasarse al grupo de no alineados de principal ayuntamiento de España.

Carmena, que ha visto con sumo agrado la victoria pírrica del exgeneral Rodríguez en Podemos en Madrid, no tiene la menor intención de cambiar de estrategia en los tiempos que le queden.

Rajoy, en una jugada maestra, ha cuarteado a los ultraizquierdistas madrileños y, además, ha logrado que próximamente los funcionarios de Madrid se pongan de uñas con la alcaldesa cuando constaten que las subidas salariales prometidas sencillamente no se van a cumplimentar porque el susodicho Plan Económico y Financiero, el famoso PEF, no contempla, ni aprueba estas mejoras.

Pero no solo eso: el Plan desdibujará o hará también imposible el programa de enorme gasto social que Carmena había planteado cara a las próximas elecciones municipales de 2019. Es decir: Carmena le ha aceptado a Rajoy recortes que van en contra de su propia filosofía política a cambio solamente de que ella y su mermado equipo no pase por el bochorno de la intervención estatal de las cuentas municipales.

Lo más curioso es que los líderes de Podemos, Pablo Iglesias por su lado y Errejón por el suyo, se han colocado inequívocamente al lado de Carmena con lo que se ha abierto una crisis de proporciones incalculables en el partido de Madrid.

Errejón se va a tener que explicar ante los suyos que no ya ahora sino desde hace mucho tiempo, están disgustados con la política de su conductor. Y es que a Errejón lo único que mueve en este momento es promover su candidatura para la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Fuera de eso, lo demás le trae exactamente por una higa.

Este privilegio, lo sabe Errejón, solo depende de que su rival en todo, Pablo Iglesias, le siga confiando el endoso, un encargo que, en principio, Iglesias formalizó con la sola intención de quitarse de encima a su oponente, pero que, con el tiempo, ha ido asentado la figura política del todavía no proclamado candidato.

Por eso Errejón se ha avenido a no plantarle cara a Iglesias, a desaparecer prácticamente del mapa de las intervenciones públicas, y a colocarse inequívocamente en el bando de Carmena, algo que ha soliviantado profundamente a sus huestes, al grupo numeroso de podemitas que le siguieron en el festival taurino de Vistalegre donde Iglesias le lidió como quiso y le propinó un estoconazo que casi le deja para el hule, dicho sea en el lenguaje taurino que corresponde al caso.

Carmena cuenta por tanto con el dúo en cuestión, dúo en paz solo por interés, y suma también las voluntades del grupo mayoritario que aún le mantiene en la Alcaldía, once concejales que se muestran dispuestos a resistir, al precio que sea, hasta los venideros comicios. En adelante sin embargo, la vida de esta facción va a ser infame porque estará al albur de lo que vayan votando los excluidos y también del PSOE que está prácticamente desaparecido en el Ayuntamiento de la capital de España, presidido por una señora, Concepción Causapié, que no despierta la menor empatía ni siquiera entre sus supuestos correligionarios.

Pablo Iglesias, junto al exgeneral José Julio Rodríguez, Errejón y Bescansa.

El PSOE puede obedecer órdenes superiores y propinarle de vez en vez serias collejas a su aliada de coyuntura con lo cual lo planes de gobierno de Carmena estarán sometidos en adelante a tantas variantes que es muy posible que ninguno salga adelante. Ya se ve cómo Rajoy le ha toreado a Carmena a cambio de muy poco y contando con que el pacto no afecta negativamente ni a él ni al Partido Popular y deja a Carmena, a la inefable Rita Maestre y a los resistentes, en respiración asistida.

Y es que además Carmena que, tras entregarse a Rajoy ha visto con sumo agrado la victoria pírrica del exgeneral Rodríguez en el partido de Madrid, no tiene la menor intención de cambiar de estrategia en los tiempos que le queden. Ella ejerce de dictadora a tiempo completo, no consulta decisión alguna a su equipo, y solo bandea sus apoyos en la capital.

Por eso ha caído también en manos de Errejón e Iglesias, pero no del militar fugado Rodríguez que las va a pasar canutas para poner orden en la organización madrileña donde habita una tropa muy distinta a la que el citado exJEMAD está acostumbrado a mandar a golpe de disciplina castrense.

Lo más curioso es que los líderes de Podemos, Pablo Iglesias por su lado y Errejón por el suyo, se han colocado inequívocamente al lado de Carmena

Como refiere un militante de Podemos que viene de la izquierda de la toda la vida: “¿Qué hace un general pastoreando un ganado de izquierdas?”. Rodríguez solo desea ocupar un cargo institucional una vez que ha fracasado reiteradamente en lograr escaños nacionales en Zaragoza y Almería, y sueña con que llegue mayo del 19 y él pueda presentarse en una lista de Podemos en Madrid, desde luego no en la de la Comunidad, más bien en la del Ayuntamiento.

Iglesias según parece, le ha prometido el número dos tras Carmena, pero no le ha ofrecido reemplazar a la actual alcaldesa en caso de que ésta o decida no presentarse o quede arrastrada popularmente por los acontecimientos reseñados que le van a tener en vilo en los próximos meses.

Ya se ve que Podemos ha entrado en crisis abierta en Madrid y lo malo es para el partido soviético y madurero que también va a pegarse un gran trompazo este jueves en Cataluña. Ahora mismo, lo único que le ocupa a Iglesias es que la derrota en el Principado, no le pase factura a él sino a Colau que, téngase en cuenta el dato, puede pasar de ser primera fuerza electoral a quinta o sexta el próximo jueves. Es decir, una catástrofe que Iglesias, con toda su retórica populachera, tercermundista, y soviética, no va a poder disimular.