Alfonso Guerra tritura a Pedro Sánchez: su plan B para Cataluña es una ruina
El exvicepresidente y exnúmero dos del PSOE recoge el guante de Rodríguez Ibarra y da un repaso letal a la estrategia del secretario general y del PSC en Cataluña.
Primero fue este pasado viernes el expresidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Y ahora llega el turno del exvicepresidente y exsecretario general del PSOE, Alfonso Guerra. La vieja guardia socialista no da tregua y pulveriza la estrategia de Pedro Sánchez y Miquel Iceta tras al batacazo socialista en las elecciones catalanas, vistas las expectativas generadas.
Guerra lanza un aviso a navegantes en su partido y advierte de que, ahora, el objetivo de una futura reforma de la Constitución "no puede ser dar satisfacción al nacionalismo catalán" ni "el apaciguamiento de su impulso independentista".
En un artículo en el semanario Tiempo, Guerra explica que los políticos independentistas están "fanatizados" y "no aceptarían ninguna reforma que 'sólo' les ampliase el poder autonómico".
Pero hay un segundo motivo, según el exdirigente del PSOE. "El mensaje que se mandaría a las élites políticas de las comunidades autónomas sería letal para el Estado autonómico" porque equivaldría a decirles: "si quieren modificar el reparto de poder entre el Estado y las comunidades, rebélense contra la Constitución, tendrán premio", ha argumentado el exnúmero dos socialista.
Guerra está convencido de que al independentismo catalán sólo se le vencerá "arrebatándoles para la causa constitucional el millón de personas que, con buena intención, han seguido las insensatas proclamas de los antidemócratas que han ocupado la Generalitat" debido al "adoctrinamiento antiespañol en la escuela, en la televisión y radio públicas y en algunos medios de comunicación privados".
Guerra echa en falta una mayor concreción sobre el alcance de la reforma de la Constitución por parte de quienes la piden, entre ellos Pedro Sánchez, y, en este sentido agradece la aportación hecha por una decena de catedráticos de Derecho Constitucional en el informe Ideas para una reforma de la Constitución.
No obstante, Guerra reconoce tener "serias dificultades" para aceptar alguna de sus propuestas, como la "ingenuidad" de proponer que los parlamentos autonómicos puedan elaborar un Estatuto que no tenga que pasar por la aprobación de las Cortes Generales.
"Eso, tratándose del nacionalismo catalán, se llama patente de corso", juzga Guerra tras recordar la "sistemática burla de las leyes y de las sentencias de los tribunales por los nacionalistas catalanes".
El también expresidente de la Comisión Constitucional del Congreso durante la tramitación del Estatut llama la atención sobre el hecho de que, de los diez catedráticos autores del informe sobre la reforma constitucional, cinco procedan de Cataluña y el resto del resto de España. "¿Es un sesgo intencional? ¿Es solo un dato involuntario que sospecha una sospecha infundada?", se pregunta.