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Los 19 diputados independentistas que pueden aupar como presidenta a Arrimadas

Fugados, encarcelados e imputados. El panorama del Parlament que se constituirá el 17 de enero es imprevisible. Tanto como para que el independentismo no cante victoria antes de tiempo.

Inés Arrimadas, en un pleno del Parlament.

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Ni un paso en falso, porque de lo contrario, volverán a la cárcel. Así se lo hizo saber el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena a los exconsejeros de Carles Puigdemont que dejó en libertad el pasado 4 de diciembre y que hoy son diputados electos en el Parlamento catalán: Jordi Turull (JpC), Josep Rull (JpC), Raül Romeva (ERC), Carles Mundó (ERC) y Dolors Bassa (ERC).

Casi un mes antes, el 9 de noviembre, el magistrado había hecho una advertencia similar a la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell (ERC) y a los miembros de la Diputación Permanente que, a diferencia de ésta, no llegaron a pisar la prisión porque pagaron la fianza impuesta: Lluís Guinó (JpC), Lluís Corominas, Anna Simó y Ramona Barrufet (ninguno de los tres se ha presentado a las elecciones). También a Joan Josep Nuet (CatComú), quien quedó libre sin fianza.

A este gran grupo de imputados que ya han declarado ante el juez que instruye el procedimiento abierto contra ellos por rebelión, y que están en libertad con cargos, hay seis políticos que estarán sentados en la Cámara autonómica durante esta legislatura. A ellos hay que sumar un segundo grupo que forman tres de los cuatro investigados en prisión preventiva que también han salido elegidos en las urnas: Oriol Junqueras (ERC), Joaquim Forn (JpC) y Jordi Sànchez (JpC). El Supremo volverá a revisar las medidas cautelares acordadas sobre ellos los días 4 (Junqueras) y 11 de enero (Forn y Sànchez). A diferencia de los diputados del primer grupo, y salvo que cambien sus circunstancias personales, estos tres investigados no tienen garantizado su voto en el hemiciclo, pues la delegación del sufragio está prevista para enfermedades o incapacidades, pero no para presos. Ir a votar requeriría la autorización del juez a través de permisos extraordinarios.

Los que tienen vetada incluso esta última posibilidad son los diputados que conforman el tercer grupo, el de los huidos: Carles Puigdemont (JpC), Toni Comín (ERC), Clara Ponsatí (JpC), Lluís Puig (JpC) y Meritxell Serret (ERC). Aunque han salido elegidos en las elecciones, mientras no vengan a España no tendrán posibilidadd de ejercer ninguna de sus funciones como diputados. Y si vienen serán detenidos y se situarán con toda probablidad en el punto en el que están ahora Junqueras, Forn y Sànchez: es decir, en la cárcel y sujetos a permisos para poder salir.

Los dieciséis diputados que conforman estos tres grupos tienen en común que todos ellos ya llevan unas semanas investigados por el Tribuna Supremo. Pero hay otra diputada que todavía no ha declarado ante el juez y goza ya la condición de investigada por su participación clave en la hoja de ruta rupturista. Se trata de Marta Rovira (ERC), una de las seis personas sobre las que el juez Llarena ha ampliado su investigación la semana pasada tras considerarla la Guardia Civil organizadora del referéndum del 1-O. Los otros cinco, entre los que se encuentra Artur Mas y Anna Gabriel, no son parlamentarios.

En un cuarto grupo se integran dos de los exaltos cargos de la Generalitat investigados en el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona: el exsecretario general de Economía y número dos del exvicepresidente Junqueras, Josep María Jové, y el exsecretario de Hacienda de la Generalitat Josep Lluís Salvadó.

Aunque la situación procesal de los diecinueve diputados es distinta, no lo es la acusación que pesa sobre ellos como artífices, organizadores o partícipes, según los casos, en el plan rupturista de Cataluña. De ahí que su posición en esta legislatura no sea la misma que en la pasada y que sus movimientos en esta ocasión estén vigilados con lupa. Al menor requiebro unos volverán a la cárcel y otros se arriesgan a pisarla por primera vez.

Y esta situación, de producirse antes de una sesión de investidura, podría invertir el equilibrio de fuerzas en el Parlament y facilitar el acceso de Inés Arrimadas a la presidencia de la Generalitat. Es una posibilidad que se baraja en ambos bloques. Es más, una hipotética investidura de un president