Iglesias encarga a Echenique una purga salvaje para no dejar un solo crítico
Un año después de aprobarlo en el Vistalegre II, la dirección morada desempolva un reglamento interno para amordazar y neutralizar a las direcciones locales. Las listas están en juego.
"Estamos desconcertados, vamos hacia el abismo y aquí nadie mueve un dedo". El regreso de las vacaciones navideñas ha generado una sensación de vacío en el grupo parlamentario de Podemos en el Congreso.
Y así lo reconocen a ESdiario fuentes del partido morado, sorprendidas por el hecho de que la de Iglesias haya sido la única formación en no reunir formalmente ya -lo hará este miércoles- a su dirección para marcar su hoja de ruta. Si lo han hecho así este lunes PP, PSOE y Ciudadanos.
Sin embargo, los dirigentes de Podemos bailan al son que toca Pablo Iglesias, quien parece no recuperado del batacazo del 21-D. Según las fuentes consultadas por este diario, el entorno del máximo líder morado ha entrado en pánico por tres razones: la irrelevancia en Cataluña, la declaración de guerra que los anticapitalistas y otros críticos han hecho a la dirección de la madrileña calle Princesa y a las "terribles" encuestas que auguran una debacle del partido que irrumpió hace tres años con aspiraciones de ser hegemónica en la izquierda.
Echenique saca de un cajón un año después un reglamento para neutralizar a las direcciones regionales díscolas.
Un hecho más que relevante si se tiene en cuenta que el año que arranca es preelectoral y en él Podemos deberá fijar estrategia y candidatos para las municipales y autonómicas de 2019. Cabe recordar que en ese ámbito regional reside el verdadero poder institucional, político y financiero del partido que manejan a su antojo Iglesias y Echenique.
Por la parálisis política en el Congreso y Senado, los vaivenes en Cataluña y la ausencia de una agenda económica y social llevan distintos dirigentes del partido meses lanzando advertencias a Iglesias.
Lo hizo muy gráficamente Carolina Bescansa y a su discurso se han sumado otros destacados líderes como la andaluza Teresa Rodríguez, el eurodiputado Miguel Urbán e incluso el ideólogo de la formación, Juan Carlos Monedero. Y todos ellos apelan al malestar y el desánimo creciente que ellos constatan en sus círculos y en sus bases.
Pero la respuesta de Iglesias ha llegado y se encamina a una nueva purga que ha provocado en las últimas horas una nueva tormenta interna. Un nuevo mandato a su secretario de Organización, Pablo Echenique, que ha sido recibido con los cuchillos en todo lo alto. El objetivo: restar poder a los Consejos Ciudadanos municipales y garantizar el control de los mismos desde la dirección.
El número dos de Podemos, Pablo Echenique, el ejecutor del último golpe de mano de Iglesias.
De esta forma, Echenique ha puesto en marcha el proceso para renovar sus órganos a nivel municipal, en el que se ha marcado como objetivo primar la "participación sobre la representación", es decir, adaptar sus estructuras al volumen de militancia real que existe en cada localidad, para que no haya direcciones que "solo se representen a sí mismas".
El partido liderado por Iglesias constituyó por primera vez sus órganos municipales en enero de 2015, tras la asamblea fundacional de Vistalegre. Ahora, el proceso para su renovación ha sido modificado, atendiendo a los nuevos estatutos de los que la formación morada se dotó en la segunda asamblea de Vistalegre de febrero pasado, en la que Iglesias defenestró al errejonismo. Para ello, la Secretaría de Organización ha elaborado ahora un reglamento en el que detalla los pasos a seguir.
Dicho reglamento, que consta de 27 páginas, se caracteriza principalmente por el endurecimiento de los requisitos para conformar órganos municipales, lo que llevará a la desaparición de parte de los Consejos Ciudadanos Municipales -como se denominan las direcciones a nivel local-que se conformaron hace tres años. Los mismo que estaban llamados a jugar un papel decisivo en la elaboración de las listas electoral del año próximo.
El departamento que dirige Pablo Echenique ha explicado en dicho escrito que han tomado esta decisión de endurecer los criterios para formar direcciones municipales tras constatar que la estructura que se aprobó hace tres años "tenía numerosos defectos de funcionamiento".
"Todo el reglamento se basa en un único principio muy fácil de entender y compartir: las Secretarías Generales y los Consejos Ciudadanos son órganos de representación de la militancia. Por lo tanto, sólo tiene sentido que existan allí donde hay militancia que representar", asegura Echenique en un mensaje interno remitido a los territorios.
De esta forma, según el nuevo reglamento, sólo podrán conformar un Consejo Ciudadano Municipal aquellas localidades que tengan un censo de militantes de círculos compuesto por más de 50 personas. Este "supuesto" censo, creado también en Vistalegre II, se calcula computando el promedio de la asistencia a las reuniones de los círculos.
Pero para los críticos, esta es una nueva muestra del plan de Iglesias para evitar la creciente contestación interna en un año clave. "Todo atado y bien atado".